21 de Octubre: Yo soy el camino

Juan 14:6 ¨ Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.¨

 

Amado Dios, gracias por permitirnos estar aquí reunidos todos para analizar tu palabra y las aplicaciones de tus mandatos a nuestras vidas, hoy nuestro Dios nos motiva a seguir adelante, a prosperar y progresar con paciencia, haciendo las cosas pensando en las promesas que nos ha hecho, principalmente en la contenida en el salmo 37:7-11. Compartamos este material para bendecir a nuestro prójimo.

 

 

Solo esas palabras las puede decir y cumplir Jesucristo, por tanto nosotros debemos estar conscientes de que este único acceso al Padre, a Dios, a la Salvación, ese camino es estrecho, apretado, esto lo dijo Jesús en Mateo 7:13-14, Jesús no ilusiona a sus seguidores, hay un camino lleno de exigencias, pero es un camino que nos da acceso al padre, Jesús en sí mismo es el camino, pero es un camino apretado, lo que quiere decir que es difícil, porque Jesús se hace difícil, claro que no, él se hace accesible a todos, los que quieren, el problema no está en el Señor, el problema está en nosotros que nos dejamos ilusionar por las ofertas del enemigo, entonces mientras el Señor es puro y excelente, nosotros estamos dañados por la influencia del pecado y nuestra falta de posicionamiento ante este tipo de ataques del enemigo, la buena noticia es que mediante la preparación contante, el estudio y meditación bíblica, podemos acondicionar nuestras mentes para poder manejarse ante la tentación y permitir que la voluntad de Dios nos conduzca en todo momento, Jesús paso por grandes tentaciones, de hecho en la misma Cruz, él tenía el poder para deshacer todo, pero su preparación, su obediencia a la voluntad de Dios, nos dejaron un gran ejemplo de obediencia, y al final el logro vencer a la muerte, resucitar, y lo más importante fue que restauro el vínculo entre Dios y la humanidad, todo lo consiguió con obediencia y se fundamentó en un ejemplo de amor. Seamos obedientes a la voluntad de Dios, esa obediencia nos conducirá a sobreponernos al pecado, con mucho amor y clase.

 

 

 

 

OREMOS:

 

Padre amado, tus excelsas enseñanzas nos motivan a continuar mejorando y desarrollando esta preparación junto a ti, para poder sobreponernos a todo obstáculo, y obedecerte plenamente por causa del amor que sentimos por ti. Ampáranos siempre. Son las peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.

 

Amén.

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