26 de Octubre: Voz de Jesús

Juan 6:53-57 ¨ Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.¨

 

Amados, que Dios alcance nuestros corazones en este momento y que la buena obra que inició en nuestras vidas pueda ser completada. Hoy tenemos la oportunidad de seguir obedeciendo a la voluntad de Dios, siendo mejores siervos, por eso vamos a aprovechar este tiempo con Dios, y adquirir conocimiento, para evangelizar apropiadamente, quedamos todos invitados a diseminar este material.

 

 

 

Estas palabras fueron dichas al día siguiente de que ocurrió el milagro de la multiplicación de panes y peces, para una multitud, es fácil percibir que Jesús esta triste, y Jesús estaba triste porque noto que la multitud estaba interesada en lo material, y no tanto en seguirlo por el valor de su mensaje, ellos solo querían ver las cosas materiales que Jesús podía darles mediante milagros, y Cristo aunque hizo muchos milagros, todos ellos tenían un propósito, de enseñar algo significativo para la salvación de las personas,  pero un grupo solo se interesaban en más milagros, es como que si algunos pensaran ser discípulos para no tener que trabajar más,  Jesús estaba triste porque las personas eran materialistas, solo se interesaban en la cuestión material, por eso Jesús dijo las palabras contenidas en el texto bíblico, Jesús usa un lenguaje figurado, invitándonos a seguir su enseñanza, para obtener la salvación, por eso vamos a continuar alimentándonos de la palabra bíblica.

 

 

OREMOS:

 

Padre de Amor, gracias por tu enseñanza y darnos a entender que es una invitación a ser mejores y llevarnos a la salvación, favorécenos y llénanos de capacidad para cumplir tu voluntad. Son las peticiones que, en nombre de Jesucristo, tu hijo hacemos en nombre de quien todo lo concedes.

 

Amén.

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