12 de Febrero: El pan que Dios otorga

Éxodo 16:13-14 “ Y venida la tarde, subieron codornices que cubrieron el campamento; y por la mañana descendió rocío en derredor del campamento.¨ – “ Y cuando el rocío cesó de descender, he aquí sobre la faz del desierto una cosa menuda, redonda, menuda como una escarcha sobre la tierra.¨

 

 

 

 

Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, en las anteriores reflexiones mediante la historia del pueblo de Israel, aprendimos que nuestra confianza en Dios no tiene que basarse en nuestras circunstancias o sentimientos, pero si en aquel que nos hizo la promesa, muchas veces nuestra confianza en Dios se deteriora porque estamos lejos de la presencia de Dios, lejos de sus caminos, en ocasiones solo lo buscamos cuando hay necesidad, cuando en realidad deberíamos vivir en constante andanza en su presencia, andando lado a lado con el, como Dios nos ha llamado a hacer, tener una relación íntima con él, esa es la respuesta que Dios espera en nuestras vidas,  esa búsqueda de intimidad con el, lo interesante es que el pueblo de Israel, había pedido comida, y veamos lo que ocurrió, para ello estudiaremos los versículos que encabezan este material. Compartamos para fortalecer la cadena de bendición hacia nuestro prójimo.

 

 

En el texto bíblico se relata que Dios respondió la oración del pueblo, el pueblo tenia comida, entonces ellos reaccionaron de manera curiosa, esta actitud nosotros también la tomamos frente a las respuestas que Dios nos da a nuestros pedidos, a nuestros deseos, y nos preguntamos sobre ¿Qué nos ocurre?. En este día, debemos recordar que aunque Dios responda de forma maravillosa a nuestras oraciones, cuando nos aproximamos a su presencia, Dios no va a darnos aquello que queremos, él nos dará aquello que realmente necesitamos, Dios no es un mago de la lámpara mágica para cumplir nuestros deseos, él cumple son sus promesas, por eso la respuesta de Moisés a esa pregunta es interesante y dice: ¨Este es el pan que el Señor dio, para comer y lo que tienen en sus manos es el pan que Dios otorgó¨, entonces nuestra confianza en Dios no debe ser basada en circunstancias o sentimientos, sino en aquel que nos hizo la promesa, quien sacrificó a su hijo para liberarnos del pecado, así que a lo largo de este día procuremos confiar más en a Dios, en obedecer su voluntad.

 

OREMOS:

 

Padre querido, gracias por permitirnos vivir este día, queremos ser mejores siervos, valorar las bendiciones que nos has otorgado y hacer lo mejor posible para agradarte en nuestros actos. Contribuye con nosotros siempre. Es nuestra oración hoy, que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.

 

Amen.

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