31 de Diciembre: Justicia del Calvario

2 Corintios 5:21 “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. “

 

Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, felicitaciones a todos en este día especial, hemos de estar agradecidos con Dios por habernos permitido llegar a este punto, en este tiempo, y seguros de que seguiremos avanzando en el camino a la salvación, continuamos la práctica de las reflexiones diarias.

 

 

 

Jesús nunca peco, no condescendió con el pecado, aunque Jesús fue tentado en todas las cosas como nosotros somos, pero el se mantuvo firme en la obediencia a Dios y no cometió pecado, por eso no participo en pecados, pero en la cruz del calvario ocurrió un intercambio, Jesús que no merecía morir, porque nunca peco, murió en nuestro lugar y nosotros que merecíamos la muerte, no morimos porque él se sacrificó como el cordero de Dios, para restaurar nuestro VINCULO CON DIOS. El pecado es una enfermedad, que instituyo el hombre privado de la gloria de Dios. Nosotros fuimos creados para glorificar a Dios, la provisión de Dios para resolver el problema del pecado, fue bien definido por el Apóstol Pablo, ese proceso de hacer justo al hombre a los ojos de Dios tuvo un costo alto, para nuestro Señor y en cierto sentido es injusto, que aquel que no conoció pecado, Dios lo hizo pecado para salvarnos del pecado. Es asombroso pensar que por causa de una injusticia, nosotros ahora podemos alcanzar la justicia de Dios, la injusticia del calvario es una demostración del amor de Dios trayendo la justicia de el de nuevo de vuelta para el ser humano, la justicia de Dios es tan grande, que solo el puede permitir que la injusticia se transforme en justicia, precisamos estar alegres hoy, ser felices por demás, porque tenemos un gran valor para ser objetivo de esa gracia,  la única respuesta que se encuentra es que el amor de Dios por nosotros es inmenso, requerimos responder a ese amor de la misma manea, con más amor, para que todo mejore en nuestras vidas y lleguemos a ser bendecidos.

 

 

OREMOS:

 

Amado Padre Celestial, gracias por el sacrificio de Jesús en la cruz, gracias por salvarnos del pecado. Aunque el pecado sigue queriendo corrompernos y desviarnos de los caminos, declaramos que nuestra firme decisión es apegarnos cada día más a ti, para crecer en espiritualidad y ser siervos agradables a ti. Así pedimos en nombre de Jesús.

 

Amen.

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