17 de Noviembre:  La circuncisión

Hechos 15:1 ¨ Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos.¨

 

Amados, que Dios alcance nuestros corazones en este momento y que la buena obra que inició en nuestras vidas pueda ser completada. Una práctica beneficiosa por demás es la de nutrirnos diariamente de este tipo de materiales relacionados a la palabra de Dios, ponerlos en práctica en nuestras vidas y compartirlos por todos los medios con nuestro prójimo.

 

 

En el texto de hoy encontramos un procedimiento quirúrgico entre comillas practicado por los judíos, la circuncisión y por lo que podemos leer en el texto, ella está siendo considerada no como algo de vida o muerte, pero si como algo de salvación o perdición, ¿Será que cuando la circuncisión fue establecida, ella tenía esa finalidad?, quien excluyo la circuncisión no fue Moisés, fue Dios, en su momento ella fue establecida como un pacto entre Dios, Abraham y su descendencia, Dios pidió que se realizara esta practica luego del cumplimiento de la promesa en relación a un hijo para Abraham, Dios había prometido a Abraham una numerosa descendencia, y realmente Abraham fue padre pero ese primer hijo llamado Ismael, quien tenia como madre a la sierva Agar, no era hijo de la promesa, este infante representaba un intento del ser humano de querer por su propio esfuerzo alcanzar la promesa divina, en ese contexto fue que se estableció para Abraham y sus descendientes la práctica de la circuncisión, este acto sería un recuerdo de que Dios cumple sus promesas, por eso de nada sirve intentar alcanzar el cumplimiento de las promesas de Dios por nuestros propios medios pudiera ser un error, así que tengamos cuidado de ser tentados de pensar que la salvación podemos alcanzarla por nuestros méritos dando la espalda a Dios, olvidemos esa locura. Dios no necesita de nadie para el cumplimiento de sus promesas, porque somos salvos es por la gracia, por eso recibamos la gracia de Dios en nuestras vidas, y confiemos en Cristo como nuestro salvador.

 

 

 

OREMOS:

 

Padre de Amor, ayúdanos a confiar en tus promesas y en esa salvación maravillosa que nos fue ofertada en la cruz del calvario, queremos cumplir tu voluntad siempre. Son las peticiones que, en nombre de Jesucristo, tu hijo hacemos en nombre de quien todo lo concedes.

 

Amen.

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