Hechos 17:26 “Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación;¨
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Este día en el cual se han renovado las misericordias de Dios, se renueva también nuestra necesidad de compartir la palabra sagrada con todas las personas y en todos los lugares para seguir ganando almas para los caminos de Cristo, así colocamos nuestro aporte en esta infinita batalla del bien contra el mal, y nos colocamos del lado correcto.
¿En algún momento ya paramos para pensar de donde vinieron todas las razas?, ¿De donde viene toda esa diversidad que tenemos en el mundo hoy?, el pasaje bíblico que estudiamos hoy nos ayuda a entender mejor esa cuestión, toda esa diversidad cultural, nacionalidades, vino del propio Dios, de una sola pareja, aquí el Apostol esta enseñándonos que Dios hizo toda esa multiplicidad de personas, a partir de Adan y Eva, eso solo significa que no existen razas, lo que existe es una raza, a saber, la raza humana, y dentro de ella podemos encontrar etnias diferentes, siendo todos los hijos de Dios y por el amados, Dios no hace acepción de personas, el nos ama a todos igualmente, en la belleza de su diversidad, creada para ser una imagen y semejanza de ese Dios, nosotros debemos tener mucho cuidado para no ser racistas, en nuestra forma de tratar a las personas, pues si actuamos de manera racista contra alguien, es contra el propio Dios que estamos siendo racistas, por eso que nosotros podamos amar y respetar a las personas en la belleza que existe en la diversidad, sabiendo que todos nosotros somos hermanos y estamos unidos como hijos e hijas de Dios.
OREMOS:
Padre de amor, alabado y exaltado sea tu nombre, ayúdanos hoy a tener ese amor por el prójimo en nuestros corazones, queremos hacer todo lo necesario para cumplir tu voluntad y ser buenos siervos, contribuye con nosotros. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen