29 de Octubre: Produciendo Frutos

Juan 15:1-2 “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. “-“Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. “-

 

 

 

Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, un nuevo día, donde nace una oportunidad para estudiar, analizar y compartir la palabra Bíblica, aprovechemos todos los nutrientes de este alimento espiritual porque nos va a potenciar por el camino de la salvación. Recordemos  además compartir esta bendición.

 

 

En este texto Jesús se presenta como la Vid Verdadera, es una ilustración, un lenguaje figurado, Jesús dice que él es la vid y nosotros somos los ramos, y en dice ¨Mi Padre es el labrador, todo árbol que este en mí y no de fruto él lo corta, pero todo aquel que da fruto, el lo limpia para que produzca más¨. En la jornada cristiana nos es difícil comprender la razón por la cual pasamos por sufrimientos y tribulaciones, normalmente tenemos la mentalidad de que por el hecho de seguir a Jesús, todo saldrá bien y sin sobresaltos, pensamos que para los justos solo hay cosas buenas y para los impíos cosas malas, pero sabemos que eso no es así. Cuando una persona está en Jesús ella produce frutos, generalmente consideramos como frutos el buen comportamiento, pero cuando una persona está en Jesús ella produce los frutos del Espíritu Santo, en ocasiones estamos separados de la vid verdadera por causa de nuestro ¨YO¨, y ni percibimos tal lejanía, pero quienes producen resultados son mejorados en su carácter para que sigan avanzando y mejorando, así teniendo presente que la prueba produce habilidades, significa que Dios permite que sus hijos pasen por dificultades para que mejoren su carácter. Jesús dijo que en el mundo tendríamos aflicciones y esas luchas son parte del proceso formativo del carácter para la eternidad. Mirando a nuestra vida cristiana hoy, ¿Qué frutos podemos ver?. Frutos que promueven y satisfacer nuestro orgullo o frutos que glorifican a Dios, también puede ser que estemos sin producir fruto alguno, lamentablemente hay muchos cristianos improductivos, pero los frutos de nuestra vida son producto de la acción de Cristo en nosotros por medio del Espíritu Santo, nuestra parte es vaciarnos de nuestro yo y dejar que el Espíritu Santo nos dirija, porque quien vive lleno de si está vacío de Dios, pero quien se vacía de si mismo puede estar lleno de Dios,  porque la verdad todos estamos para ser rellenados de Dios.

 

 

OREMOS:

 

Amado Padre Celestial, gracias porque nos amas de una manera especial, permítenos vaciarnos del ¨YO¨, para dejar el egoísmo y las practicas mundanas y poder cumplir tu voluntad como lo has previsto.

 

Amen.

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