Juan 15:2 ¨Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.¨
Que la paz de Dios, sea con todos, que las misericordias se extiendan sobre nosotros y nuestros seres amados, Dios nos invita a hacer del amor nuestro motivo para vivir mejor, para hacer las actividades de manera correcta, primeramente por el amor que Dios nos tiene, segundo por el amor que nos tenemos a nosotros mismos y tercero, por el amor que debemos tenerle al prójimo. Compartamos este material con nuestro prójimo amado, de las maneras habituales, esto es con la predicación del clic y la evangelización regular.
Al final de la cosecha en agricultor regresa a la viña y poda la mayor parte de la vid, el agricultor, debe tener cuidado porque la cosecha del próximo año depende del tratamiento que se le dé a los restos de la cosecha del año inmediatamente anterior, la clave de la poda es el equilibrio entre la cosecha y la vid, uno es añadidura a las expensas del otro, si queremos una cosecha muy abundante, no podando suficiente, el resultado del año siguiente se verá afectado, entonces el arte de la poda es encontrar el equilibrio perfecto, y así comienza la ley en el mundo natural, tiene sentido, hay muchas leyes en el mundo espiritual, Dios es Dios, y en ocasiones el permite que ocurran ciertas adversidades en nuestras vidas para probar nuestra fe, pero todo es controlado, porque él no va a permitir que nos ocurra nada malo, solo quiere probarnos, mejorarnos, perfeccionarnos, tallarnos para convertirnos en una piedra más preciosa. Concluyendo, ante las dificultades, precisamos permanecer con calma por causa de la fe, todo va a pasar y el tiempo hará que la calma vuelva a llegar, lo importante es que no se pierda el control, porque todo en este mundo tiene solución, y si no tiene solución, tampoco tiene sentido preocuparse, alterarse, ni nada de eso, porque la vida continua y si morimos, ¿Cuál es el problema?, si hemos hecho todo bien, de seguro seremos recompensados por Dios.
OREMOS:
Padre amado, ayúdanos a mantener la calma ante las adversidades, y a enfrentar con amor y calma las pruebas, pues en algún punto, son cuestiones permitidas por ti para perfeccionarnos y mejorarnos, ayúdanos a permanecer en paz porque todo pasara y la calma regresara. Ayúdanos siempre. Peticiones que te hacemos en nombre de Jesucristo.
Amén.