270 Frutos para gloria

Juan 15:8 ¨En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.¨

 

Que la paz de Dios, sea con todos, que las misericordias se extiendan sobre nosotros y nuestros seres amados, este día continuamos en el estudio, reflexión y meditación bíblica como parte de nuestra preparación para la próxima venida de Jesús, la cual se producirá en breve, ahora bien, aunque estudiar, meditar y reflexionar sea bueno, de nada sirve si no ponemos en práctica lo que se nos enseña en este tipo de materiales, por eso precisamos practicar cada vez más estas enseñanzas. Como primer acto de estas maravillosas prácticas, vamos a compartir este material con nuestro prójimo, y cumplamos lo previsto en Marcos 16:15.

 

 

Existe una declaración que establece: ¨Es posible hacer la cosa correcta pero por el motivo equivocado¨, si aplicáramos esto al cristianismo, podríamos decir que es posible permanecer el Jesús por los motivos errados, permanecer en Jesús no es un medio para alcanzar un fin, al contrario, es un fin en si mismo, el resultado de permanecer en él es que todos demos frutos, para darle gloria a él, en otras palabras el fruto del Espíritu no es para hacernos parecer buenos, pero si para hacer quedar bien a nuestro padre, en Juan 11:4, cuando Jesús recibe la noticia de la muerte de Lázaro, que era como un familiar de él, Jesús dijo que la enfermedad de Lázaro no era para muerte, sino para gloria de Dios, para que el hijo de Dios sea por ella glorificado, quizá la iglesia a donde vamos quiera hacer en la comunidad cierta obra, para mejorar la vida de las personas y mejorar la imagen de la iglesia, al mismo tiempo debemos ser cuidadosos con los motivos que nos mueven a tales acciones, debemos evaluar si el motivo de esos esfuerzos es para glorificarnos a nosotros o glorificar a Dios, para poder hacer distinción entre ambas cosas, la manera es notar si realizamos nuestra obra por amor a Dios. Ayúdanos Padre Celestial, para hacer todo por amor a ti, para glorificarte.

 

 

OREMOS:

 

Padre amado, ayúdanos a actuar para glorificarte, pues queremos cumplir tu voluntad y ser agradables a ti. Ayúdanos siempre. Peticiones que te hacemos en nombre de Jesucristo.

 

Amén.

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