25 de Agosto: Camuflaje 

Jeremías 13:23 “¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?¨

Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz día, un gran placer es estar reunidos otra vez junto a la palabra de Dios, cuando leemos la Biblia podemos obtener riqueza espiritual y ese alimento debemos compartirlo para que más personas lleguen a los caminos de Cristo.

Una bella apariencia puede ser engañosa, pero más que eso es la enseñanza, qué podemos encontrar en este texto el cual está inserto en una profecía echa contra Israel y contra Judá, el pueblo de Dios no estaba más viviendo en los términos de la alianza, y corría el riesgo de ser llevado en cautiverio, ni la aparente prosperidad financiera, ni los cultos perfectamente organizados, los distintos sacrificios, nada de eso podía esconder de los ojos de Dios la maldad que había en los corazones de los hombres, por fuera ellos demostraban bondad pero por dentro estaban llenos de maldad, una gran verdad que este pasaje bíblico revela Es que de nada sirve tener una vida de apariencias, que de nada sirve querer enfocarse en la cuestión estética cuando se trata de la relación con Dios, aquello que la persona naturalmente es en su carácter, no va a desaparecer o a camuflarse, en las apariencias y nosotros no tenemos cómo quitar la maldad de nosotros mismos, así como el leopardo no tiene como cambiar sus manchas. ¿Cómo ha sido nuestra vida, de genuina adoración o una vida de apariencia?. ¿Nosotros hemos buscado luchar contra la maldad?. ¿Qué hay en nosotros viendo nuestros errores, o no hemos hecho eso?. Sepamos que muchas veces tenemos que postrarnos y llorar a los pies de Jesús, por motivo de nuestros errores, de nuestras fallas, pero no debemos perder el buen ánimo, Por qué Jesús puede cambiar nuestros corazones, Jesús puede perdonarnos y llenarnos de fuerzas para superar las pruebas, en este día tomemos esa promesa.

 

OREMOS:

 

Padre querido, estamos agradecidos Por recibir tu palabra la cual nos fortalece y nos alimenta espiritualmente, queremos hoy tomar tu promesa de qué puedes cambiar todas las cosas en nuestras vidas, para mejorarnos y convertirnos, en mejores siervos. Contribuye siempre con nosotros. Son las peticiones qué hacemos el nombre de Jesucristo tu hijo, nombre de quién todo lo concedes.

 

Amén.

 

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