21 de Septiembre: Deléitese en el Señor

Salmos 37:4 “Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón “

 

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Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, es un placer estar aquí todos junto a la palabra de Dios, cumplamos fielmente su voluntad para andar con buen pie por el camino de la salvación. Llevemos la palabra a todo lugar, prediquemos y demos buen ejemplo de conducta.

 

 

 

Cuando creemos en Jesús, nos convertimos en hijos de Dios por la redención y por la salvación, por eso cuando Dios nos llama de hijos no está siendo apenas cariñoso con nosotros, Dios está siendo verdadero porque realmente somos hijos preciosos a los ojos del Padre. En relación al versículo que encabeza este texto, debemos saber que la satisfacción personal es el objetivo de todo ser humano desde siempre, pero por otro lado llamamos de conversión el cambio que ocurre con nosotros cuando dejamos de vivir la vida solo para satisfacernos a nosotros mismos y queremos satisfacer a Dios, el secreto para entender este verso que encabeza este material está en dos palabras, primero AGRADECE o DELEITESE, y en seguida, DESEO. El deleite en el Señor no es la satisfacción de nuestros propios deseos, sino sentir la alegría de la presencia del Señor, y vivir para el, la palabra deleite aquí significa una gran alegría, una etapa de plenitud y felicidad que no es humana, pero si divina, ese deleite es generado por la presencia del Espíritu Santo en la vida, dicho esto viene la segunda parte del verso y esta empieza a hacer sentido para nosotros, porque todos los deseos del corazón serán manifestados por el Espíritu Santo y en ese caso, también serán deseos divinos inspirados por ese mismo Espíritu,  todos nuestros deseos serán satisfecho si fueren conforme a la voluntad del Espíritu, primero el deseo de amar a Dios, luego el deseo de servir, después el de dedicar tiempo a Dios, y ayudar al caído, sentir empatía, compasión, hacer que los otros se sientan bien con nuestras palabras de bendición. Se trata de tener deseo de ser instrumento de Dios para llevar a otros al camino del Señor, miremos a nuestro corazón a esta hora y reflexionemos sobre cuáles son los deseos de nuestro corazón, notemos que la satisfacción de los deseos no trae el deleite, sino que el deleite lo trae el hecho de permanecer en la presencia de Dios, cumplir su voluntad y caminar firmemente en el camino a la salvación. Busquemos al Señor y nuestros deseos serán satisfechos, y lograremos cumplir la obra para la cual fuimos creados. Dios nos bendiga.

 

 

OREMOS:

 

Padre querido, te alabamos porque nos amas demasiado, porque nos permites ser tus instrumentos para llevar al prójimo a tus caminos de salvación, contribuye en nuestro crecimiento y que seamos perfeccionados espiritualmente, queremos continuar cumpliendo tu voluntad y andando en rumbo a la salvación. Es nuestra oración hoy, que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.

 

Amen.

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