16Génesis 22:1-3 ¨Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo.¨
Amados, que bueno es tenerlos aquí, estudiando la palabra de Dios, este tiempo es provechoso, pues logramos direccionarnos, y, tomar los mejores consejos, para tener una buena vida, por eso, se hace necesario que llevemos a la práctica estos lineamientos, y, brindemos al prójimo un buen ejemplo. Compartamos por las redes sociales, este material, para alcanzar a más personas, en más lugares.
Es increíble, poder colocarnos en el lugar de Abraham, quien era un hombre anciano, quien por la gracia y el poder de Dios, logro tener un hijo, pero luego Dios le pidio que lo sacrificará, como parte de una misión, Abraham era un hombre obediente, y, se dispuso a hacer todos los preparativos, para ir al lugar que se le había indicado, para realizar el sacrificio de Isaac, su hijo. Abraham, preparó todo, un asno, a dos siervos suyos, y, emprendió el viaje hacia el lugar que le había sido indicado, que eran las tierras de Moriah, Abram al llegar al lugar, y, al haber preparado todo, se sentía medio confundido, por causa de que no comprendía ¿Cómo Dios le hacía ese pedido?, pero él estaba cumpliendo, al final Dios no permitió que aconteciera el sacrificio de Isaac, pero quizá si Dios lo hubiere pedido, seguramente Abraham lo habría hecho, sin embargo, de esta historia podemos extraer la enseñanza de que: precisamos ser fieles a Dios y cumplir su voluntad en todo momento, eso siempre será lo mejor, a los discípulos les acontecieron eventos similares a este, y, uno de los aprendizajes que obtuvieron fue el de confiar incondicionalmente, hagamos eso también, solo cumplamos con Dios, y, confiemos incondicionalmente en el, porque solo cosas buenas van a ocurrir, como consecuencia, de cumplir sus mandatos plenamente.
OREMOS:
Padre amado, gracias por siempre estar con nosotros, y, favorecernos de maneras increíbles, gracias por las lecciones que nos das, y, todo aquello por lo que debamos agradecerte, estamos aquí para reafirmar nuestro cumplimiento a tu voluntad, ayúdanos a fortalecer esa obediencia incondicional en ti. Favorécenos siempre. Son las peticiones que, en nombre de Jesucristo, hacemos hoy.
Amén.