17 de Mayo: Yo puedo, yo quiero

Mateo 8:1-3 ¨Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente. Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció. ¨

 

Amados, sean bienvenido a este lugar, es agradable compartir estos estudios sobre la palabra, que enriquecen nuestras vidas, nuestro Dios se siente feliz cuando estudiamos la palabra, pero se siente más feliz cuando cumplimos su voluntad en nuestros actos, y, nos comportamos como verdaderos siervos fieles, de manera que podamos reflejar su gloria, y, su presencia en nuestras vidas. Compartamos este material con nuestro prójimo, para animarle a seguir a Jesucristo.

 

 

En aquel tiempo un leproso se aproximo a Jesús, y el lo sano, pues en ese tiempo, los leprosos eran excluidos de la sociedad y de cualquier clase de convivencia, debido a que la lepra era altamente contagiosa, los leprosos se sentían mal con ese rechazo, pero en cierto momento, cuando Jesús baja de la montaña, luego de haber dado el Sermón de la Montaña, mucha gente se encontraba al rededor de el porque estaban encantados con su predica, entonces, un leproso se aproxima a Jesús, este leproso fue valiente para acercarse, inclusive conociendo aquella costumbre que existía de que lo rechazaran, y le expreso a Jesús, las palabras contenidas en el texto bíblico, diciendo ¨Yo se que puedes, lo que no se es si quieres hacerlo¨, Jesús no podía rechazar ese pedido hecho por alguien tan necesitado, y Jesús lo sano de manera inmediata, nadie tocaba a un leproso, pero Jesús lo hizo a causa de su amor y compasión, lo toco y lo sano, de aquí resaltamos que el antiguo leproso, recién sanado, supo buscar a su sanador, y, hacerlo en el tiempo adecuado. El ejemplo de esta maravillosa sanación puede ser aplicado a nuestras vidas, nosotros podemos estar siendo atacada por diversas condiciones adversas, pero si buscamos a Dios, podremos obtener la sanación, solo basta creer, tener fe, y obedecer a su mandato, porque inclusive la misma palabra dice en el versículo Mateo 7:8  Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. . Sepamos buscar de nuestro sanador en cualquier momento, pero que sea pronto, pidamos con fe, y seguramente recibiremos bendición.

 

 

 

OREMOS:

 

Adorado Padre, así como aquel leproso, fue sanado de aquella enfermedad mortal, sananos a nosotros de la enfermedad del pecado, que nos daña, y, nos hace desviarnos de tus caminos, ayúdanos a estar contigo siempre, y, fortalecemos para mantenernos firmes ante las adversidades. Colabora con nosotros. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo.

 

Amen.

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