155 Nuestra lucha contra el pecado

Salmos 6:1-2 ¨ Jehová, no me reprendas en tu enojo, Ni me castigues con tu ira. ¨ – ¨ Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo; Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen.¨

 

 

 

Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, la paz de Dios sea con todos, un nuevo día comienza y es bueno buscar de Dios en este tiempo, y todos los días, porque su palabra nos prepara para ser mejores en todos los ámbitos de la vida.

 

 

Nuestro gran problema es que nos creemos tan suficientes, que creemos que podemos soportar todas las angustias solos, a veces somos orgullosos, incapaces de reconocer nuestros propios errores,  después de todo muchos piensan, que si dan el brazo a torcer, pueden perder mucho, por eso muchas personas se están hundiendo en depresión, y enfermándose, la angustia causada por el orgullo de no dar el brazo a torcer puede causar graves enfermedades, por eso David decía que sus huesos estaban estremecidos, no era que él estuviera enfermo, pero ¨el Espíritu abatido hace secar los huesos¨ dice la palabra,  quizá David escribió el Salmo 6 a causa de algún pecado que habría cometido, el hecho es que David estaba sintiendo el peso de la ira de Dios, la ira de Dios es una manifestación de sus juicios, contra quien insiste en quebrar la ley, y cuando la ley es aplicada contra el infractor, es por eso que en el verso 4, David suplica que Dios lo salve por su gracia, David entristece y clama a Dios por misericordia. A veces recogemos el fruto de nuestro propio error, esa es la manifestación de la justicia de Dios, y así recogemos las consecuencias de nuestros errores, que pueden ser malas, como depresión y angustia o enfermedad, y esa muchas veces es la razón de nuestro cansancio, ¿Sera que Dios ha ocupado un lugar de prioridad en nuestras vidas?, el hecho es que precisamos reconocer nuestros límites,  requerimos reconocer nuestro pecado, y arrepentirnos de todo corazón, ir a Dios, confesar, y por su gracia abandonar y no caer más, busquemos al Señor hoy y él nos va a dar el consuelo necesario, y que Dios continúe bendiciéndonos.

 

 

 

OREMOS

 

Padre querido, te alabamos por siempre ser tan especial con nosotros, por demostrarnos tu amor de maneras increíbles, ayúdanos a evitar el pecado y cuando pequemos ir a ti arrepentirnos y abandonar el pecado. Contribuye con nosotros. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo.

 

Amen.

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