13 de Octubre: Beneficios de la alegria

Filipenses 4:4 ¨Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!¨

 

Amado Dios, gracias por permitirnos estar aquí reunidos todos para analizar tu palabra y las aplicaciones de tus mandatos a nuestras vidas, bendice hoy como siempre nuestras vidas permitiéndonos adquirir el buen conocimiento, al leer este material, interiorizarlo, y poder aplicarlo en nuestras vidas para ser agradables a ti. Permítenos bendecir al prójimo compartiendo este material, y seguir progresando con alegría por el camino a la salvación, pues esa emoción nos motiva a seguir de manera indetenible, ya que queremos servirte siempre.

 

 

Este versículo hace referencia a la alegría, a esa bendición del gozo que Dios nos da y que debemos cuidarla como un tesoro, para sazonar nuestras vidas de momentos agradables, porque la primera condición para superar los obstáculos y perfeccionarnos ante las adversidades, es teniendo buen ánimo, pensamientos positivos, un dialogo interno de bien, eso va a motivarnos y a llevarnos a obtener victoria en nombre de Jesucristo. La idea de que el cristiano es una persona triste, abatida, con cara de infelicidad, porque vive en este mundo malo, peligroso, pecaminoso, hay que tener cuidado de pensar cosas equivocadas, es cierto que el mundo es peligroso, malo y demás, pero tiene sus cosas buenas y los cristianos son un pueblo feliz, porque Dios les bendice cada día, empezando por la bendición del gozo, porque los hijos de Dios vivimos con los ojos centrados en las cosas de Dios, y el hecho de estar con los ojos en las cosas buenas, nos hace estar felices y gozosos todo el tiempo, la adversidad puede y va a existir, pero eso no va a robarnos la bendición del gozo, porque  seguiremos felices y animados resolviendo la situación que se nos presente, porque por la fe en Dios, todo va a resolverse de la mejor manera posible.

 

 

 

 

OREMOS:

 

Padre amado, a ti venimos hoy llenos de júbilo y agradecimiento, porque nos has dotado de cualidades únicas que pueden ser activadas por causa de la fe, y de este modo prevalecer ante los ataques del enemigo. Ampáranos siempre. Son las peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.

 

Amén.

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