110. Un lugar en nuestra casa para Jesús

Lucas 19:5-6 ¨ Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.¨ – ¨ Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso.¨

La paz de Dios sea con todos. Siempre quedémonos con Dios, cumplamos su voluntad, operemos para hacer el bien y procuremos bendecir a nuestro prójimo, Dios se da cuenta de ese tipo de acciones y nos premia con bendiciones especiales. Continuemos compartiendo el mensaje esperanzador contenido en este material.

 

 

 

Si es bueno recibir amigos en nuestras casas, mucho mejor es recibir a Jesús nuestro Salvador. En el texto bíblico que estudiamos hoy, se relata una historia de cuando Jesús se quedó en la ciudad de Jericó, allí el encuentra a un ciego llamado Bartimeo y a otro personaje llamado Zaqueo, fue un tiempo hermoso, cuando Jesús se detuvo miro a Zaqueo y le dijo: ¨Hoy quiero quedarme en tu casa, quiero dormir en tu casa¨, la biblia dice que Zaqueo bajo de prisa, para recibir a Jesús con alegría,  ¿Cuándo Jesús nos invita venimos de prisa y con alegría o vamos murmurando y reclamando?, si fuere como el segundo caso, realmente no amamos a Jesús, porque cuando queremos a un amigo en casa, nosotros lo tratamos bien, quedamos alegres y no bravos o irritados. Tengamos presente que el único ser que puede cuidar de nuestra familia de manera completa es Jesús, Cristo nos ayudara a cuidar de todas las cosas importantes de la vida de una manera correcta, Jesús nos va a proveer de ese cuidado porque nos ama, él va a enviar ángeles para cuidar de nuestras familias, pero existe algo más, si nos aproximamos a Jesús, cerca de su luz, vamos a entender que es allí donde encontramos la verdadera esperanza para la vida, cuando Jesús diga que nos quiere visitar, recibámoslo con la mayor de la alegría y otorguémosle las mejores atenciones. Recordemos que cuando hacemos la voluntad de Dios, estamos llegando a la verdadera bendición, ella vendrá con seguridad.

 

 

 

OREMOS:

 

Padre Querido, valoramos ampliamente tu enseñanza y estamos agradecidos de que con amor nos orientes sobre temas tan variados, que tienen gran importancia para nuestras vidas, ven a morar con nosotros, en nuestras casas y nuestros corazones tienes tu lugar especial, nosotros deseamos agradarte de gran manera. Apóyanos siempre. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo.

Amén.

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