10 de Febrero: Salieron de Egipto pero Egipto no salió de ellos

Éxodo 16:1-3 “Partió luego de Elim toda la congregación de los hijos de Israel, y vino al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, a los quince días del segundo mes después que salieron de la tierra de Egipto.   – Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto;   –  y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud.  

 

 

 

 

Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, que lindo es poder separar un tiempo para reflexionar sobre la palabra de Dios, para así poder aprender un poco más de la Biblia y conocer la voluntad de Dios, con el objetivo de poder cumplir fielmente sus estipulaciones. Compartamos este material para extender la obra de Dios y rescatar almas que se encuentran perdidas en los vicios mundanos, para llevarlas a los caminos del Señor.

 

 

Lo que ocurrió o la razón por la cual el pueblo de Dios, estaba cabizbajo, fue porque aunque ya había presenciado tantas obras, ya había percibido respuesta a sus oraciones, había sido beneficiado por tantos milagros, fue que ellos estaban concentrados en el desierto y no en la promesa, por eso se sintieron engañados, se sentían abandonados con aquella angustia, miedo e incerteza, dejaron que su confianza en Dios fuera deteriorada, ellos pensaron en confiar en Dios, pero esa confianza estaba basada en sus sentimientos, en las circunstancias que los cercaban, no por la promesa que Dios había hecho de que él deseaba guiarlos con la mano poderosa, ahora en este punto sería interesante saber ¿Por cuál desierto estamos pasando?. Pudiera ser que estemos pasando por algún desierto en cierta área de nuestras vidas, pero no permitamos que nada dañe o deteriore nuestra confianza en Dios, la duda no debería alcanzar nuestros corazones como alcanzó a los israelitas en aquel día, y si nuestra confianza no se basa en circunstancias o sentimientos, pero si en aquel que nos hizo la promesa y que es fiel para cumplirla, sepamos que él es el Dios eterno que nunca falla, así como el líbero al pueblo de Israel del cautiverio de Egipto, así mismo nos liberó a todos del pecado, pero hoy el pueblo de Dios en lugar de confiar en el Señor se apega a duras penas a circunstancias, como en la antigüedad, pero no nos apeguemos a circunstancias sino en la rica promesa que Dios nos hizo, él con certeza va a conducirnos durante toda la historia por circunstancias enriquecedoras, recordemos que al lado de él tendremos un final feliz. Ahora notemos que en la historia aunque el pueblo de Israel había presenciado tantos milagros, fue un pueblo que reclamo que extrañaba a Egipto, entonces hoy aguantemos y soportemos, nosotros no debemos reclamar delante de las situaciones pero si coloquemos todo en las manos de Dios y en el tiempo adecuado vamos a recibir la maravillosa respuesta, continuemos orando y obedeciendo al mandato. Todo va a salir bien.

 

 

OREMOS:

 

Padre querido, que hoy nuestra confianza se apegue completamente a ti, que no permitamos que las circunstancias deterioren nuestra confianza en ti, fortalécenos para soportar ante las situaciones, a esperar en tu promesa, a continuar obedeciendo tus mandatos y a convertirnos en mejores siervos. Es nuestra oración hoy, que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.

 

Amen.

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