09 de Diciembre: A quien iremos.

Juan 6:66-69 “Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. “ – “Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? “- “Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. “- “Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. “

Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Buenos Días, lo normal es suponer que todo está bien  aunque a veces hay ciertas condiciones que pueden cambiar de color el panorama, pero no nos angustiemos o desesperemos, todo sigue estando bien, porque Dios está en el trono, y nuestra fe en él, es elemento fundamental para que las condiciones mejores tremendamente y podremos vivir o experimentar la dulce bendición, que está preparada para nosotros desde ahora mismo. Busquemos probar ese sabor a victoria siguiendo fielmente la voluntad de Dios.

 

 

Jesús había terminado un poderoso sermón, pero muchas personas no entendieron el mensaje de Cristo, a veces ocurre que las personas no entienden lo que se dice, y en este casi muchos no entendieron las palabras de Jesús, dijeron que su discurso era muy duro, imposible de seguirlo y en consecuencia no se podía vivir conforme a él, así que ellos desistieron de Cristo, no quisieron ser sus discípulos, fue en ese contexto que Jesús volteó hacia los apóstoles y les dijo: ¿Y ustedes también van a abandonarme?, entonces Pedro hablo, y dijo: ¿para quién iremos nosotros Señor?, hemos conocido y creído que eres el santo de Dios, esto permitió saber que Pedro estaba comprendiendo que Cristianismo no es un lugar o una teoría, Pedro estaba comprendiendo que cristianismo es una persona,  por eso Pedro expresó las palabras indicadas anteriormente. ¿Nosotros hemos conocido y creído que Jesús es el Santo de Dios?. Si tenemos esa convicción no debemos dejar al Señor, a veces muchos desisten del evangelio y terminan mal. La única opción es estar con el Señor, porque él lo es todo.

 

OREMOS:

 

Padre amado, alabamos tu nombre por el Espíritu Santo que nos ayuda a comprender tu palabra, permanece cercano a nosotros, queremos cumplir tu voluntad y ser agradables a ti. Así pedimos, en nombre de Cristo, nuestro Señor.

Amén.

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