Mateo 5:13 ¨Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.¨
Dios padre, en esta hora sentimos la necesidad de compartir tu palabra, la cual nos renueva en la fe, alimenta nuestra sabiduría y entre tantos beneficios, esparce tu mensaje con la finalidad de cumplir la función evangelizadora de tu obra. Todo para alabarte y glorificarte. Igualmente te agradecemos por la vida de nuestros hermanos que están contribuyendo a esparcir tu palabra compartiendo estos mensajes bendecidos por ti en las redes sociales. También te agradecemos por haber escuchado nuestras oraciones en la intersección por la sanación de los problemas de quienes nos lo han solicitado.
Amados, que la paz del Señor esté con todos y seamos siempre bendecidos. Si el deseo de querer continuar ayudando al prójimo se extiende por nuestro cuerpo como ríos de agua viva, es que estamos necesitando compartir estos materiales por nuestras redes sociales y desarrollar en nuestras vidas actos que nos acerquen al Padre Celestial, demos el paso hacia adelante, no habrá arrepentimientos, puede tener certeza de eso. Según este texto que traemos hoy para estudiar, nosotros somos la sal de la tierra, por tanto requerimos mostrar nuestra esencia, realzar el gusto a las cosas, tal como lo hace la sal. Cada persona tiene su estilo, su modo de ser y su manera de actuar, esta condición debemos respetarla, pero específicamente aquí, se refiere a la sal del evangelio, la cual realza todo, las cualidades positivas y las negativas, tanto lo bueno como lo malo, contribuyendo así a que podamos definir nuestros punto fuertes y débiles, evaluar cuáles debemos mejorar, intensificar o cambiar. Cuando la sal del evangelio invade nuestros corazones, somos capaces de aproximarnos a personas llevando la oferta de salvación propuesta por Cristo, cuando esta sal penetra nuestros corazones somos capaces de influir en las vidas de nuestro prójimo de una mejor manera, ayudándolos a ellos y a nosotros mismos.
OREMOS:
Dios Amado, colocamos nuestras vidas en tus manos, ayúdanos a ser mejores personas, capaces de ayudar a los demás desde el evangelio, permite que la obra sea completada en nosotros. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen