04 de Agosto: Zaqueo

Lucas 19:1-3 “Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. “ – “Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, “-“procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. “

 

 

 

 

 

Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, es motivo de alegría reencontrarnos otro día para reflexionar sobre la palabra de Dios, sepamos que a medida de que vamos cumpliendo fielmente con ella, podemos percibir los efectos y bondades de la bendición que nos es otorgada, nuestro estado de ánimo mejora, nuestro amor por el prójimo aumenta, compartimos más, servimos más al necesitado. Continuemos cumpliendo fielmente el mandato de Dios, para el cual todos hemos sido llamados, llevemos esta palabra más allá, compartiéndola en redes sociales y en nuestros contactos e interacciones diarias.

 

 

El personaje bíblico de hoy es Zaqueo, el cobrador de impuestos, esta historia es conocida, pero vamos a recordarla, Zaqueo vivía en Jericó, una ciudad que quedaba distante de Jerusalén a más o menos 27 kilómetros, para ir caminando una persona duraba aproximadamente una hora y media, y el texto bíblico dice que Zaqueo tenía el profundo deseo de encontrarse con Jesús. En los versículos que encabezan este material, se nos relata que Zaqueo además de querer ver a Jesús, era rico, y bajo de estatura, su situación financiera era resultado del favoritismo y oportunismo, junto a los líderes romanos que permitían a los cobradores de impuesto cobrar más de lo que era debido, para embolsarse parte de los valores recaudados, Zaqueo sintió deseo de ver quien era Jesús, pero como el texto dice él tuvo dificultades,  porque alrededor de Jesús había una multitud y él era muy bajito, entonces Zaqueo encontró una opción para ver a Jesús, entonces subió a un árbol, esa era una actitud inesperada para un hombre que tenía aquella posición, pero el quería ver a Jesús, y está escrito que cuando Jesús paso por aquel lugar, miro hacia arriba y dijo: ¨Zaqueo baja rápidamente, porque quiero hospedarme hoy en tu casa¨, y delante de aquellas palabras de Jesús, Zaqueo bajo rápido, y recibió a Jesús con alegría, él estaba delante del salvador del mundo y su presencia de amor fue determinante, para que Zaqueo tomara la decisión más importante de su vida, entonces mirando al maestro, Zaqueo dijo: ¨Maestro, he decidido dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si en alguna cosa he dañado a alguien, voy a restituir cuatro veces más¨, y la hermosa decisión de Zaqueo fue resultado de encontrar paz,  y seguridad en la presencia de Jesús, Zaqueo entendió que los bienes de este mundo no significan nada,  y que la fe en Dios lleva al hombre a un cambio de vida, un cambio de comportamiento, entonces delante de la actitud de Zaqueo, hizo una linda declaración, está escrito que Jesús dijo: ¨Hoy hubo salvación en esta casa, pues este también es hijo de Abraham¨, porque el hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo perdido, un hombre que era considerado pecador, despreciado, ladrón, todas las personas lo veían de esa manera, y se arrepintió de sus pecados en la presencia de Jesús, el renuncio a sus riquezas y recibió de Jesús la certeza de salvación, fue para salvar a personas como Zaqueo que Jesús vino a este mundo, la vida transformada de Zaqueo al frente del poder de Dios que esta a nuestra disposición, si quisiéramos ser salvos, la misma alegría, paz, y seguridad, pueden habitar en nuestros corazones hoy, cuando recibamos a Cristo y lo confesaremos como nuestro Señor y salvador, y declaramos nuestros pecados y renunciamos a todo mal, decidiendo tener nueva vida, Dios nos bendiga a todos.

 

 

OREMOS:

 

Padre querido, alabado sea tu nombre, te agradecemos por permitirnos compartir tu palabra de esta manera, y te pedimos que así como transformaste la vida de Zaqueo, transfórmanos a nosotros, para ser mejores siervos. Es nuestra oración hoy, que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.

 

Amen.

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