27/10/2017
Justo en el momento en que ocurre un acto que perjudique alguna de nuestras condiciones de vida, naturalmente tendemos a hundirnos en el dolor, a pensar que todo acabo y perdemos fácilmente la esperanza de respuesta satisfactoria. En este punto, conviene atender a lo expuesto en el versículo siguiente:
Mateo 5:4 ¨ Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.¨
De acuerdo a lo estipulado en el versículo que antecede, ciertamente existen infinitas fuentes de quejas y muchos motivos para llorar, pero la promesa de la biblia es que seremos consolados, cuando lloramos por motivos que son agradables a Dios, teniendo en este caso que la lagrima es una semilla de alegría que va a florecer en el momento apropiado, por eso confiemos que así estemos pasando por un gran mar de llanto, la alegría llegara de manera inevitable, pero hay que tener claro que solo hundirse en el dolor solo nos daña más, requerimos estar atentos y aceptar que ciertos momentos de pruebas nos preparan para bendiciones mayores. Y luego esa experiencia donde las lágrimas germinaron en alegrías, podemos usarla como herramienta para consolar a nuestro prójimo ante situaciones que le alteren.
INTERACTUEMOS:
Como bien nos orienta la palabra contenida en HEBREOS 13:16, en la cual se resume que: si hacemos el bien, compartimos y mutuamente nos ayudamos estaremos agradando a Dios en gran medida, además de COMPARTIR esta palabra con la que Dios nos bendice en esta oportunidad, intercambiemos en los comentarios sobre lo siguiente:
¿De qué manera le ha tocado el alma este material en su vida personal?