Apocalipsis 2:11 “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.”
Padre Adorado, edifica nuestra fe, pues por la fe en tu hijo Jesús, llegaremos a ti. Extiende tu bendición sobre este material para que sirva de semilla que contribuya a transformarse en planta dadora de frutos, cautivando los corazones de las personas que hoy nos nutrimos de tu enseñanza.
Amados, que Dios nos favorezca en todo tiempo. Desde ayer comenzamos a estudiar las promesas hechas a las siete iglesias del libro Apocalipsis, las mismas se encuentran contenidas en los capítulos dos y tres del prenombrado libro. Antes de continuar queremos agradecer a todos los lectores de la pagina, quienes además de utilizar estos materiales para nutrirse espiritualmente, tambien los comparten, indicando esta actitud que quienes leen estos mensajes, sienten la necesidad de predicar la palabra al projimo para conducirlos a un mejor destino. Hoy vamos a estudiar la segunda promesa la cual nos indica sobre la segunda muerte, para muchos un termino desconocido, para los lectores habituales de este sitio web ya conocido, debido a que ha sido un tema abordado en entradas anteriores, sin embargo, para recordar un poco, existen dos tipos de muerte, la muerte fisica a la cual todos estamos expuestos y de la cual los salvos resucitaremos cuando regrese Jesús, en ese momento seremos enviados en compañia de nuestro salvador al paraiso donde estaremos viviendo mil años, tiempo despues del cual se determinaran o diferenciaran los salvos viviran eternamente en el paraiso y los desobedientes que definitivamente tendran su muerte espiritual o muerte eterna, que es la segunda muerte. En tal sentido, nosotros debemos buscar en Cristo la victoria porque los victoriosos pueden morir teniendo la certeza de que seran resucitados, pero de la segunda muerte no probaremos, porque esa muerte esta destinada a los impios a los cuales les sera mandado fuego consumidos que los destruya para siempre, no teniendo decho a gozar de una vida eterna y ni siquiera de la primera resurrección. Entonces pensemos en estar del lado correcto de la historia siendo obedientes al mandato de Dios, incrementando nuestra disciplina en las practicas cristianas.
OREMOS:
Padre de amor, gracias por la promesa que nos haces en esta oportunidad, segun la cual si fuesemos fieles al señor, si fuesemos vencedores con tu gracia, nosotros no pasaremos por esa segunda muerte, por eso te entregamos una vez mas el control de nuestras vidas para que nos guies por el camino correcto. Peticiones que te hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen