269 Separados de Dios

Isaías 59:2 ¨pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.¨

 

Feliz y bendecido día, que la paz de Dios sea con todos y su misericordia nos alcance, sugerido, es estudiar y meditar en la palabra de Dios cada día para mejorar en muchos aspectos de nuestras vidas, principalmente en nuestra salud, pues la religión contribuye a que tengamos mas cuidado con los alimentos que consumimos, con las personas que frecuentamos y con otros aspectos de la vida, compartamos este material y llevemos bendición al prójimo.

 

 

Cuando Dios creo a Adán y a Eva, Dios los creo para que tuviesen relaciones, la biblia dice que Dios todos los días venia a visitarlos, Dios mantenía comunión c afra a cara con el hombre, en realidad somos creados por Dios a su imagen y semejanza, para tener comunión con él y vivir en armonía entre nosotros, el gran problema fue el pecado, cuando nuestros primeros padres desobedecieron, y comieron del fruto prohibido, en ese instante el pecado fue trasladado a nuestro planeta, el pecado que había iniciado en el cielo, alcanzo nuestra tierra, y el pecado separo al hombre de Dios, prueba de eso es que cuando Dios llego para visitar a Adán y Eva, debió preguntar ¿A dónde estás?, y la respuesta de Adán fue, me di cuanta que estaba desnudo, me dio miedo y me escondí, esa es la más clara revelación de que el pecado nos separa de Dios,  cuando pecamos en nuestro interior se produce un pensamiento de vergüenza, hasta en ocasiones nos sentimos sucios y nos alejamos de Dios, y es justamente eso lo que Isaias nos dice, por esa razón debemos actuar conforme a los mandatos de Dios, hacer su voluntad y tendremos primero la sensación del deber cumplido, careceremos de miedo, por haber actuado apropiadamente, y estaremos colocando nuestro resultado en las manos de Dios para que lo valore.

 

 

OREMOS:

 

Padre de Amor, queremos unirnos a los seres celestiales, para alabarte por todo lo que eres, por todo lo que haces y aún harás en nuestra vida, un día queremos estar contigo en esa ciudad santa. Contribuye con nosotros. Son las peticiones que, en nombre de Jesucristo, tu hijo hacemos en nombre de quien todo lo concedes.

 

Amén.

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