93. Jesús y la resurrección

Mateo 17:8 ¨ Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jesús solo. ¨

 

La paz del Señor sea con todos. Aprovechemos este recurso de la paz para tener una vida más calmada, los seguidores de Cristo, precisamos estar alegres, felices, llenos de gozo, porque Dios nos ama y nos ha aportado los recursos necesarios para conseguir tener una vida mejor, una vida calmada, tranquila, feliz, todas esas cosas nos permiten percibir que somos importantes y especiales para Dios, entonces, como nuestro Padre Celestial nos ama, precisamos continuar cumpliendo su voluntad. Difundamos este material por todos los medios posibles.

 

 

De todas las escenas y situaciones increíbles presenciadas por los discípulos una de las mas increíbles, para Pedro, Santiago y Juan, fue presenciar a Cristo transfigurándose en Dios, ellos tuvieron la oportunidad de ver a Jesús en su forma glorificada, y también vieron a los profetas Moisés y Elías, Elías había sido llevado al cielo en vida, ya Moisés había pasado por la muerte y Jesús lo resucito, en la primera carta de Pablo a los Tesalonicenses, está escrita la más linda y reconfortante promesa, la promesa de la resurrección de los que mueren creyendo en Jesús, y de la transformación que los vivos sufrirán por ocasión de la vuelta de él. La aparición corporal de Elías y Moisés fue una ilustración de esta promesa, fortaleciendo a Jesús en la tarea o misión de salvar a la humanidad, algunos llegaran al cielo sin querer experimentar la muerte, y otros serán resucitados. Al contemplar a Jesús en gloria y a los ángeles en su regreso, aquella escena para los discípulos ya era el cielo, por ejemplo Pedro quería quedarse allí para siempre, y hasta Mateo quedo agradablemente sorprendido, tanto que expresa el versículo Mateo 17:8 ¨ Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jesús solo. ¨, todo aquello había pasado y Elías, ni Moisés, estaban allí, pero la visión que ellos tuvieron los transformo para siempre, al contemplar a nuestro Salvador todos los días, también somos transformados, de gloria en gloria, a su propia imagen, así está escrito en 2 Corintios 3:18, entonces, cumplimos con fidelidad la misión que nos fue confiada, y a semejanza de Juan Bautista podemos declarar al mundo la brevedad de su venida, pero Dios espera que tengamos una actitud totalmente especial, porque pronto estaremos con Cristo, junto a todos los apóstoles, cuando Cristo regrese aquí, tendremos ese momento de maravilloso encuentro, pero la visión de Cristo que transformo a los discípulos, es la misma visión que hoy nos transforma, por eso no perdamos la mirada tierna de Jesús, y si miramos con seguridad hacia él, un día recibiéremos de sus manos, la corona de la vida eterna.

 

 

 

OREMOS:

 

Padre querido, gracias por la dulce promesa de tu breve regreso, y de la maravillosa transformación que tendremos por tu gracia, gracias por la extraordinaria promesa de que un día recibiremos un cuerpo inmortal y glorificado. Colabora con nosotros siempre. Son las peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo.

 

Amén.

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