Juan 13:34 “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. “
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, la palabra de Dios es lo principal en estos estudios y reflexiones cristianas, lo que realmente se busca es que podamos obedecer fielmente la voluntad de Dios, desarrollemos este hábito de estudiar diariamente la biblia y de compartir el mensaje, para que cada vez más individuos puedan llegar a los caminos de salvación.
El Señor Jesús había acabado de lavar los pies de los discípulos y ellos quedaron impactados con esa actitud, del maestro que mostro tanta humildad, entones él dijo las palabras contenidas en el versículo. Muchos cristianos piensan que los diez mandamientos de Dios pueden salvarlos, de modo a que si ellos vivieren en armonía con los mandamientos, ellos tendrán la vida eterna, otros piensan que esos mandamientos ya fueron abolidos, pero aquí Jesús está agregando lo que podríamos llamar como el décimo primer mandamiento, la expresión ámense unos a los otros, aparece dos veces en seguida, mostrando la importancia y la dimensión del amor al prójimo, la razón para amar al otro es el amor de Jesús por nosotros, Jesús nos ama no porque tengamos un buen comportamiento, sino porque él es nuestro Creador y Redentor, cuando sentimos que ese amor de Jesús es un proceso de transformación, que está desarrollándose en nosotros, eso es maravilloso, nuestra respuesta a ese amor se manifiesta en amar al prójimo con amor desinteresado, algo de lo cual no tenemos control pero pasa a ser controlado por el Espíritu Santo, que pasa a habitar en nosotros. Juzgar a otros bloquea el amor, y trae al amor propio, sustituyendo el amor de Jesús, sin que lo notemos. La norma de este mandamiento es compartir con nuestros semejantes el amor que tenemos por Jesús, nadie puede amar sin sentir ese amor, el desafío no es esforzarse para amar a otros, sino para experimentar ese amor de Jesús, porque cuando el amor de Cristo está en nosotros, nos trasborda, y alcanza a nuestros semejantes. Al mirar al hombre miramos pecado y muerte, pero cuando miramos hacia Jesús, vemos remisión, perdón y vida. No hay manera de dejar de amar a Jesús sabiendo lo que el hizo por nosotros, Dios nos bendiga, y que ese amor de Cristo transborde en nosotros.
OREMOS:
Querido Padre, ayúdanos para poder ser transformados por el amor, para poder amar al prójimo de una manera especial, así como Jesús nos ama. Ayúdanos siempre. Petición que hay hacemos en nombre de Jesús.
Amen