21 de Enero: Corazón lleno de amor

Lucas 6:37-38 “No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados. “ – “Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir. “

 

 

 

 

 

Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, llego la hora del alimento espiritual, el primer plato del día para su degustación es la Biblia, es hora de atender a la palabra del Señor.

 

 

Estas palabras contenidas en el texto bíblico, fueron pronunciadas por el Señor Jesús, en el famoso sermón de la montaña, Jesús nos invita a no juzgar, ni condenar a los otros, y más que eso, él dijo que debemos perdonar, continuando así un juego de palabras, en estos versos encontramos dos principios para la vida cristiana, el primero es que recibimos de la vida aquello que nosotros damos, esa vida de amor y servicio al prójimo lleva a Dios a retornar bendiciones en una proporción mayor, por eso es que está escrita la palabra prensada, transbordante, sacudida, esa palabra transbordante que significa que significa refinado, transformado, redoblado, indicando que aquello que damos, lo recibimos en cantidades duplicadas en nuestras vidas. La palabra sacudida se refiere a la buena calidad de aquello que regresa, y aun que regresa de manera abundante, allí Jesús cierra el texto con el segundo principio, ¨Con la medida en que medimos a otros, seremos medidos también ¨, tenemos dificultad para juzgar a otros con misericordia, pero cualquier juicio que nosotros hiciéramos de los otros, será usado para nuestro propio juzgamiento, por eso Pablo afirma lo que Jesús había dicho, más bienaventurado es dar, que recibir. Precisamos tener conciencia de que en cierto sentido nosotros somos nuestros propios jueces, que Dios nos ayude a tener un corazón misericordioso, lleno de amor para con nuestros semejantes, el secreto para que eso ocurra es mirar para Dios, porque quien mira hacia Dios, ve a sus semejantes con los ojos de Dios, y cuando vemos a las personas con los ojos de Dios, ellos no son nuestros adversarios, cuando miramos a las personas con los ojos de Dios, ellas se convierten en nuestros compañeros, y queremos ayudarlos y bendecirlos, recordemos que el bien que hacemos, siempre regresa.

 

 

OREMOS:

 

Querido Padre, capacítanos para obrar en beneficio de nuestro prójimo en todos nuestros actos, queremos servir al prójimo de todas las maneras posibles, porque el servicio es uno de los pilares de la vida cristiana. Ayúdanos siempre. Petición que hay hacemos en nombre de Jesús.

 

Amen

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