Juan 8:11 “Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más. “
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, gracias por estar reunidos para compartir este tiempo de reflexiones cristianas basadas en la biblia, sigamos aplicando estas enseñanzas en nuestras vidas, ellas nos impulsaran y motivaran a ser más semejantes a Jesucristo cada vez, en la obediencia a la voluntad de Dios. Cumplamos esta misión y evangelicemos, difundamos este material.
Seguramente conocemos este versículo, que nos habla de una historia donde a Jesús le fue presentada por los líderes religiosos una mujer sorprendida cometiendo pecado, de adulterio, y como era la ley de esos tiempos, ellos querían apedrearla, estaban colocando a Jesús en una situación delicada para ver cuál sería la reacción de Jesucristo, pero Jesús no se desesperó, no entro a la trampa de aquellos líderes, el realizo otra actividad como fue escribir en la tierra, entonces dijo que ¨aquel que no hubiere cometido pecado que tirase la primera piedra¨, sin embargo, todos los individuos que querían apedrearle, fueron aturdidos por sus pensamientos de culpabilidad, o quizá alguna reflexión, pero lo interesante fue que todos se fueron del lugar, desistiendo de la idea de apedrear a aquella mujer. Al final, quedaron en la escena solo Jesús y aquella mujer, y Jesús perdono a aquella mujer, pero advirtiéndole de la necesidad de apartarse del pecado. Esta escena trae una enseñanza para nosotros, es que podemos ser perdonados, claro que si, pero precisamos abandonar los hábitos pecaminosos, porque aunque Dios sea rico en perdón, ilimitadamente no va a perdonar el mismo pecado cuando intencionalmente, el actor comitente, desarrolla la actividad pecaminosa, que daña al Señor, para alegremente pedir perdón a cada instante. Vamos a permanecer en la gracia de Dios, para que seamos transformados y voluntariamente nos alejemos del pecado, convirtiéndonos en instrumentos de bendición, desarrollando los actos cristianos, predicando y orando, para así dar testimonio de la presencia de Dios en nuestras vidas.
OREMOS:
Querido Padre, gracias por tu enseñanza y por motivarnos con tus palabras a mejorar cada día, acercándonos más a ti, apartándonos del pecado, y utilizando nuestras habilidades para bendecir a los demás en tu nombre. Ayúdanos siempre. Petición que hay hacemos en nombre de Jesús.
Amen