Romanos 8:1 “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. “
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, gracias Señor por este nuevo día en el que nos otorgas la oportunidad de continuar evangelizando, se continuar llevando tu palabra a todos los corazones necesitados de ti. Permite que este material sea bien recibido y aprovechado por todos los que se alimenten de él.
Desde que nuestros primeros padres, Adán y Eva, pecaron y el pecado paso para todos nosotros, pasamos a vivir debajo de la condena de la muerte, esa condena robo del hombre creado el privilegio de la vida eterna, pero el Padre Celestial en su infinita misericordia, elaboro un plan con el hijo, para que pudiéremos ser rescatados, la condena no trae solamente la muerte, sino también la culpa que es un proceso lento, y aparta al ser humano de Dios, la condena trae a la muerte contrariando nuestro naturaleza original, porque somos originalmente creados para tener vida, y vida eterna, inmortalidad, la provisión de Dios para liberar al ser humano de la muerte fue el sacrificio de su hijo, ese proceso de sustitución es pleno y completo, precisamos aceptarlo por medio de la fe, nuestra naturaleza carnal es individualista e independiente, intenta convencernos de que un buen comportamiento puede libertarnos de la condena, pero el propio contexto muestra que la naturaleza espiritual, que es dirigida por el Espíritu Santo, hace de Cristo el Señor de nuestras vidas, y estar en Cristo Jesús es mucho más de que estar afiliado a una religión, y cumplir sus principios, requisitos y normas, estar en Cristo implica en vivir una vida de amor y servicio a Dios y al prójimo, hay mucha gente siguiendo a Cristo pero lamentablemente queriendo comprar la salvación, con buenas obras, pero todo lo que debemos hacer es entregar nuestros corazones a Jesús, las buenas obras son solo consecuencia de esa entrega, y quien se entrega a Cristo debe guardar estas palabras en su corazón: ¨Ya no eres más objetivo de ninguna condenación¨, porque no existe condenación para quienes están en Cristo Jesús, cuando seguimos a Cristo, no hay condena sobre nosotros. Porque Jesús nos hizo libres, el por su sacrificio nos liberó y restauro nuestro Vinculo con Dios.
OREMOS:
Padre querido, gracias por tu hermosa palabra que nos ayuda a progresar constantemente en el camino a la salvación, permítenos siempre correr hacia ti, acercarnos a ti, hacernos agradables a ti, para transitar como es necesario el camino a la salvación y ser libres de condenas. Apóyanos siempre. Son nuestras peticiones en nombre de Jesucristo.
Amen.