Mateo 5:6 “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. “
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz día, muchas gracias por el cariño, el cuidado y la constancia diaria de estudiar la palabra de Dios, gracias por permitir que este estilo de evangelización mediante el clic, pueda seguir progresando y llegando a más personas y lugares. Precisamos orar unos por los otros para que podamos exaltar a aquel que es digno de toda alabanza y la bendición llegue a nuestras vidas.
Como seres humanos tenemos 2 necesidades básicas, alimentarnos e hidratarnos, sin comer ni beber nuestro cuerpo entra en colapso, hablando de nuestra jornada espiritual, Jesús dice lo mismo, la justicia de la que Jesús está hablando aquí es la rectitud, la santidad, la comunión con el, este versículo habla de un hambre espiritual que precisamos tener, una búsqueda incansable por el crecimiento en Cristo, la verdad es una búsqueda incansable por Cristo, porque el es nuestra justicia, es de el que nosotros requerimos. David expreso ese ardiente deseo cuando dice: » Crea en mi, Dios. Un corazón puro y renueva en mi un espíritu inquebrantable». Ese nivel de espiritualidad, queda bien definido cuando Jesús nos advierte así: » busquen primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas» eso está en el libro de Mateo capítulo 6 verso 33. Un corazón donde Dios es lo primero, va a desear la rectitud, la justicia, la santidad. Así como nuestro cuerpo, necesita y desea comer y beber, aquellas personas que se convierten en espirituales por la presencia de Dios en ellas, cada vez ellas desean más a Dios. Y cuando estamos en Cristo, tenemos una gran dependencia de él, así como el cuerpo requiere de la comida y la bebida. Tener hambre y sed de justicia, no es querer la justicia del mundo, Jesús aquí no está hablando de acabar con la pobreza y las diferencias sociales, así todo esto tenga su valor importante, sino buscar la rectitud, la santidad y la relación con Dios. En esa búsqueda por la justicia divina, el ser humano se hace bienaventurados, se hace feliz y creamos que siempre que busquemos esa justicia, la encontraremos, claro que sí. Todo lo que Jesús quiere es ser encontrado por nosotros, porque el Señor sabe que cuando nos encontramos con él, nos encontramos con nosotros mismos. El ser humano que vive sin Dios vive desintegrado interiormente. Ahora cuando nos encontramos con el creador, nos reencontramos, percibimos el sentido de la vida y ella pasa a tener una nueva razón, un nuevo rumbo, un nuevo propósito. Que Dios nos bendiga y que tengamos hambre y sed de justicia.
OREMOS:
Padre querido, en este momento colocamos nuestras vidas en tus manos, reconoce en este tiempo nuestra hambre y sed de justicia, la cual pretendemos encontrar acercándonos a ti. Ayúdanos siempre. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo.
Amén