Hechos 8:38-39 “Y mandó parar el carro; y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó. “ – “Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y el eunuco no le vio más, y siguió gozoso su camino. “
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, Los días pasan rápido, pero mientras pasa el tiempo más placer tenemos de estudiar la palabra de Dios, a amenizar este momento sintiendo reportándonos a nuestro Dios, informándole nuestro deseos afirmativo de permanecer este y todos los días en su presencia, porque el es bueno y nos otorga bendiciones innumerables cuando permanecemos fieles al cumplimiento de su voluntad. Compartamos este material, que contiene la palabra sagrada, porque Dios desea que sus buenas nuevas puedan ser conocidas por todos los individuos del mundo y así, puedan andar el camino a una mejor vida.
¿Hasta qué punto estamos disponibles para relacionarnos con Dios?, existen muchos cristianos que siguen a Dios hasta las primeras olas de dificultad, al surgir el primer desafío, desisten de la fe, y buscan otras alternativas, pero existimos otros que alabamos a Dios porque pertenecemos al grupo de los que en medio de las adversidades, buscamos a Dios de todo corazón, e intentamos tener una verdadera relación con Dios, y entonces logramos tener una relación intensa con Dios, en la época de Jesús, personas de todas las naciones le buscaban a Jesús, para conocer a Dios, y los que no podían entrar en el templo, ellos quedaban en el patio vislumbrando lo que sería adorar a Dios como judíos, en el libro de hechos de los apóstoles, vemos una historia de un etíope que fue hasta Jerusalén, seguramente el había viajado durante varios días y durante su estancia en Jerusalén se sintió atraído y motivado para conocer la religión y al Dios de Israel, pero tenía dificultad para comprender los escritos bíblicos, a escritura hebraica, y al regresar para casa, él estaba leyendo un extracto del profeta Isaías mientras viajaba, y allí un siervo de Dios, un discípulo del Señor, llamado Felipe viendo lo que ese hombre leía, ofreció una explicación sobre el asunto, y en seguida ocurrió lo que establece este texto bíblico. Veamos que el Etíope o Eunuco, estaba buscando sinceramente a Dios, y como consecuencia cuando Dios conoció su deseo, mando a un equipo para ayudarlo, para clarificarle el significado de la palabra bíblica, y queda evidenciado que no somos nosotros quienes encontramos a la verdad, sino que es ella la que nos encuentra a nosotros, desde el Edén es Dios quien busca de la humanidad, antes del pecado el hombre huía de Dios y después del pecado el hombre buscaba a Dios, entonces cuando Dios encuentra a un corazón receptivo, todo es más fácil, el encuentro se vuelve real, y entonces la transformación de nosotros se produce, en ese sentido si queremos que la transformación se produzca en nosotros, sigamos participando de este proyecto espiritual, leyendo estos escrito, de manera similar al Etíope, no desistamos de Dios, porque él no desiste de nosotros, ese encuentro con Dios es transformador así que perseveremos en él.
OREMOS:
Padre querido, te alabamos porque la verdad nos encuentra, porque precisamos perseverar en la búsqueda y tener corazones receptivos para facilitar el encuentro, ya que no desistes de nosotros. Ayúdanos siempre. Es nuestra oración hoy, que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.