Salmos 70:5 “Yo estoy afligido y menesteroso; Apresúrate a mí, oh Dios. Ayuda mía y mi libertador eres tú; Oh Jehová, no te detengas.”
Amados, que el Señor nos bendiga y su paz este con todos. Feliz día, que bueno es poder comenzar un nuevo día estudiando la palabra de Dios, estamos estudiando los salmos y en cada uno de ellos Dios va a revelarnos una palabra de tranquilidad y ánimo, también un fuerte deseo por compartir la bendición tan hermosa que nos trae el estudio cotidiano de la palabra, por eso es necesario compartir este material en todas las redes sociales y fuera de ellas para colocar nuestro aporte en la expansión de la obra de Dios.
Tenemos aquí en este versículo dos importantes reconocimientos, primero ¿Quién yo soy?. Pobre y necesitado. Segundo, ¿Quién Dios es?. Amparo y liberación, ¿Qué tipo de pobreza y necesidad seria la del Salmista para que Dios lo amparase y lo libertase?, quien escribió el salmo es David y sabemos que él, en su condición no era pobre, ni necesitado, lo que encontramos en este salmo es el clamor de un alma, en profunda angustia y que reconoce su enorme necesidad de Dios, la primera estrofa de este salmo del verso 1 al 3, nos habla de los enemigos de Dios, en la segunda estrofa versos 4 y 5, no habla de los que lo buscan, inclusive ese salmo tiene una gran similitud con el salmo 40, ¿En algún momento de nuestras vidas hemos orado como David lo hizo en el salmo?, ¿Alguna vez nos detuvimos a pensar en el objetivo principal de la oración?, quizá ya se ha oído que orar es abrir el corazón ante Dios como se haría con un amigo, eso es verdad, pero también la oración es una forma pedagógica de Dios enseñarnos respecto a quien él es, la oración no existe con el objetivo de hacer bajar a Dios hasta nosotros, pero si elevarnos a él, porque el es nuestro amparo, nuestra liberación, ¿Cuál es nuestra mayor necesidad hoy?, ¿En cuáles áreas de nuestra vida requerimos de amparo y libertación?, para ser socorridos necesitamos reconocer que somos pobres y necesitados, y que solo Dios podrá ampararnos y libertarnos, clamemos a el en este momento y él no va a detenerse, clamemos y nos oirá sin demoras, porque la misma disposición que había en el corazón de Dios para con David, hay también para con todos nosotros, sepamos que Dios esta dispuesto a oir nuestro clamor.
OREMOS:
Padre de amor, llevamos nuestra débil voz al cielo una vez más, en la certeza de que nos oyes, si estamos atribulados, si estamos desanimados y pasando serios problemas, míranos y otórganos tu socorro. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen