Salmos 139:16 ¨ Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.¨
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz día, La biblia es una carta de un Padre que ama a todos sus hijos, por eso es necesario recurrir a ella diariamente para alimentarnos del sabio consejo y poder fortalecer nuestros modos de acción y reacción ante las complejas situaciones de la vida.
En 2019 la industria cinematográfica lanzo una película ALADIN, la narrativa cuenta la historia de un joven humilde que descubre una lámpara mágica, la frota y consigue a un genio que puede conceder deseos, seguramente en cualquier momento hayamos querido encontrar ese artefacto, en el fondo del fondo todos nosotros quisiéramos tener nuestras voluntades saciadas, y quizá hasta conocer cosas que ocurrirán en el futuro, ¿Sera que seremos menos ansiosos si tenemos nuestros deseos realizados y un conocimiento de lo que nos aguarda en el futuro?, el texto de hoy nos trae una respuesta interesante para esa cuestión, este salmo fue escrito por David y exalta los atributos de Dios, como su soberanía, omnipresencia, omnisciencia, aquí en presenta un profundo conocimiento de Dios y del conocimiento que Dios tiene para el ser humano. Sus posturas, decisiones, pensamientos, no hay nada existente en el hombre que Dios no conozca, y aun cuando ese ser humano esta en el proceso de formación, en el vientre materno, Dios lo conoce y tiene planes para su vida, cuando el Salmista dice que los días del hombre están escritos en el libro de Dios, el sentido aquí es que de la misma forma que un arquitecto diseña y proyecta la planta de una construcción de una edificación, así también Dios proyecto planes para nosotros, y los vamos a seguir en nuestras vidas, la gran noticia que estamos percibiendo es que no requerimos de lámpara mágica para tener cumplidos nuestros deseos y ni de una bola de cristal para conocer nuestro futuro, pues nuestras vidas están en las manos de Dios.
OREMOS:
Padre querido, colocamos nuestras vidas en tus manos, para que nos conduzcas a la gran bendición que es ser considerados por ti como buenos siervos, merecedores de las dadivas que tienes reservadas, permítenos siempre hacer tu voluntad y contribuye con nosotros para que esta sea cumplida. Son las peticiones que en nombre de Cristo te hacemos hoy.
Amen.