Gálatas 3:24-25 “De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe.” – “Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo,”
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Que alegría es poder empezar cada mañana reunidos juntos a la palabra de Dios, recordemos que cada vez que abrimos este libro escuchamos su voz y consejos que nos permitirán resolver de manera acertada todo lo que se nos presente a lo largo de nuestras vidas.
En la época de la escuela, algunos requerimos de aulas de refuerzo porque algunas veces no comprendíamos a plenitud lo que se nos era explicado en las clases, puede ser que también ahora mismo este leyendo alguien que haya sido tutor o maestro particular de algún alumno, en el texto de hoy encontramos al Apostol Pablo comentando que la ley del padre vino para conducir a Cristo durante su ministerio terrenal, la función de tutor o profesor en aquel tiempo era dada a un esclavo bastante confiable, que quedaba encargado de supervisar la moral y la vida de aquellos que estaban bajo su guarda, quienes mayormente eran infantes hasta que alcanzaran su maduridad, esa misma era la función de la ley que mencionaba Pablo era guiarnos hasta encontrar la victoria en las manos de Jesus, en Jesus podemos encontrar maduridad en la vida cristiana, Pablo escribió que Jesus es la referencia de la vida y la moralidad, ahora mismo podemos encontrar madurez para nuestra vida espiritual, miremos hacia Jesus el es el ejemplo de nuestra referencia, la ley que son los estatutos de Dios nos muestra que hacer, ya Cristo es la referencia de como hacer las cosas bien, si queremos aprender a amar a las personas vamos a mirar para Cristo, observemos la forma de como el actuo y debemos movernos en esa dirección, no confundamos la función de la ley, ella no nos salva, solo nos indica los pasos a seguir para obtener la salvación.
OREMOS:
Padre de amor, gracias por tus consejos revelados en tu palabra, queremos ser mejores personas y hacer tu voluntad para ser considerados por ti como siervos agradables. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen