Hechos 9:16 ¨ porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre.¨
Amados, que la paz de Dios este siempre con vosotros y seamos siempre bendecidos. Este nuevo día muchas bendiciones nos esperan a quienes reservamos un tiempo para trabajar nuestra relación con Dios, compartamos el mensaje mediante las redes sociales y todo lugar, seamos ejemplos vivos de la presencia de Dios en nuestras vidas, logremos ganar almas a los caminos de salvación, así ciertamente demostraremos nuestro amor al prójimo.
Vivimos en un periodo de la historia en que muchos líderes religiosos, están atrayendo a personas para sus iglesias con el uso de mentiras, haciendo promesas de prosperidad financiera, salud inquebrantable, carros nuevos en el garaje, matrimonios blindados, entre otras cosas, el discurso de esos predicadores es que cuando se acepta a Jesús la vida se convierte en un mar de rosas, pero eso no ocurre según la palabra de Dios, veamos el ejemplo de Pablo, en este texto de hoy, cuando Pablo fue llamado por Cristo para seguirlo, sus palabras fueron diferentes, no hubo falsas promesas de tranquilidad o seguridad, sin problema alguno. El versículo indicado al inicio, muestra que los primeros momentos de la vida cristiana de Pablo lo dejaron convicto de aquello que lo esperaba, así el sufrimiento paso a ser su credencial de apostolado, y cuando hablo a los cristianos en la ciudad de Corinto por ejemplo, a fin de convencerlos de la validad de su ministerio, Pablo usó el sufrimiento como argumento, el escribió: ¨Cinco veces fui azotado por los judíos, tres veces castigado con vara, una vez apedreado, tres veces en naufragio, una noche la pase en jornadas peligrosas en el mar¨ ese fue el relato de Pablo, y cuando leemos eso podemos notar que la vida de Pablo no se convirtió en un mar de rosas o mas fácil pero se convirtió en más fructífera, paso a vivir la esperanza que únicamente el verdadero evangelio puede ofrecer, el quedo más próximo de lo que Dios esperaba de él, por eso Pablo escribió que su sufrimiento por Cristo, no era un peso sino una alegría, lo que podemos aprender con eso es que Dios nunca prometió que en este mundo nosotros no sufriríamos, el nunca dijo que la vida cristiana seria exenta de problemas y dificultades, pero el prometió su compañía constante en todo momento, y cuando comprendemos el valor en de mantenerse en Cristo, logramos comprender el valor que el da a cada persona, por eso tengamos la certeza de que Dios va a estar cerca de nosotros, el nos va a ayudar a pasar por el valle de la sombra de la muerte, por tanto aceptemos hoy a un Cristo vivo como conductor de nuestras vidas, tomemos pose de sus promesas y hagámosla realidad en nuestras vidas.
OREMOS:
Amado Padre, damos gracias por todas las bendiciones que nos has dado y las que nos seguiras otorgando, agradecemos también por la manera en que te manifiestas en nuestras vidas, permítenos sentir de manera constante tu compañía, queremos cumplir tu voluntad siempre. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo, por quien todo lo concedes.
Amen.