72. Libertad para escoger

Juan 6:67-69 ¨Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros?¨ – ¨Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.¨ – ¨Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.¨

 

 

 

 

La paz del Señor sea con todos. Ahora mismo Dios nos está diciendo que estemos tranquilos obedeciendo a su voluntad, porque la bendición llegará a nuestras vidas con certeza, simplemente lo que debemos hacer es cumplir con sus mandatos. Compartamos por todos los medios este material porque vamos a ser beneficiados grandiosamente y además vamos a bendecir a nuestro prójimo.

 

 

Como sabemos, una gran multitud seguía a Jesús por donde quiera que el estuviera, las multitudes comprimían a Jesús muchas veces, y cuando Jesús multiplico los panes y peces, esa multitud aumento, las personas quisieron hacer de Jesús un rey terrestre, que inmediatamente pudiera suplir todas sus necesidades, y quizá jamás tendrían necesidades porque si Jesús se quedase haciendo los milagros, ellos estarían tranquilos. Entonces, cuando oyeron hablar a Jesús de la vida eterna, del pan del cielo y otras cosas, ellos empezaron a retirarse, pues la intención de ellas era hacer de Cristo un rey y no un Salvador, no era eso que ellos buscaban, pues no pensaban que esas fueran sus necesidades, Jesús al ver que la multitud se retiraba, le pregunta a los discípulos, si ellos deseaban retirarse, eso nos enseña que todo seguidor de Cristo tiene la libertad de no seguirlo, pues discípulo de verdad es aquel que sigue por amor y gratitud, no por obligación, delante de la pregunta de Jesús nosotros encontramos aquí en el texto la respuesta de Pedro, donde dice: ¨¿Señor, para donde iremos nosotros?, solo tú tienes la palabra de vida eterna¨, esa fue una extraordinaria declaración, una declaración especial, en un momento crucial, en el ministerio de Jesús, Pedro podría haber dicho, vámonos, vámonos ahora, pero Pedro profeso su fe en Jesús, por eso la declaración de Pedro se reviste de importancia, entonces poseído por el Espíritu Santo, Pedro declara que Jesús es el hijo de Dios, el Santo de Dios, y no habría lugar hacia donde ir porque solo Jesús profesaba las palabras correctas, las palabras de vida, nosotros no tenemos otro lugar para buscar esas palabras, necesitamos estar con Jesús siempre, obedeciendo a sus enseñanzas, cumpliendo la voluntad de Dios.

 

 

 

OREMOS

 

Padre Adorado, gracias por las maneras en las que te manifiestas en nuestras vidas, tu palabra y promesas nos llenan de buenos conocimientos para mejorar cada vez, queremos seguir cumpliendo tu voluntad y agradarte. Colabora con nosotros. Así pedimos en nombre de Jesucristo.

 

Amen

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