57. Dios cuida de nosotros

Juan 9:2-3 ¨ Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, este o sus padres, para que haya nacido ciego? ¨ – ¨ Respondió Jesús: No es que pecó este, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él. ¨

La paz del Señor sea con todos. Bienvenidos a este momento especial e importante, donde meditaremos sobre la palabra de Dios, tengamos calma y tranquilidad en esta vida agitada, recordemos que debajo del cielo todo tiene su tiempo, y las promesas de Dios van a cumplirse, lo que tenemos que hacer es obedecer a la voluntad del Padre Celestial, y permanecer firmes, sin desviarnos del camino de la salvación. Compartamos este material con nuestro prójimo.

 

 

 

La Biblia relata que Jesús encontró a un hombre ciego de nacimiento, y sus discípulos lo interrogaron sobre el motivo de aquella ceguera, que si el hecho de haber nacido ciego era culpa de él o de sus padres, ¿Quien había pecado para que aquella calamidad hubiese ocurrido en la vida de ese hombre?. Los discípulos hicieron esa pregunta pues ellos creían que la enfermedad de una persona era el resultado de su culpa, generalmente de un pecado que esa persona tenia, nosotros entendemos que hay enfermedades que son resultado de elecciones erradas que hacemos, por ejemplo, una persona puede tener un enfisema pulmonar y eso puede ser resultado de una vida entera fumando, pero no toda enfermedad es resultado de errores que cometemos, o de errores que nuestros padres cometieron, Jesús al responder a los discípulos esa pregunta, el apunta a otro motivo para algunas enfermedades, según Jesús aquella ceguera no era resultado del pecado, ni del ciego, ni de sus padres, sino que ese hombre nació ciego para que en él se manifestara el poder de Dios, es decir, Dios permitió que ese individuo naciera ciego, para que fuera curado y mediante su cura las personas creyesen en Jesús, creyesen que Jesús era el hijo de Dios, el Mesías de la profecía. Todos tenemos nuestros pesares, nuestros dolores, nuestros sufrimientos por no entender a veces el origen del sufrimiento muchas veces reclamamos, cuestionamos y hasta se lo atribuimos a Dios, pero es bueno comprender que no siempre encontraremos respuestas para todas nuestras cuestiones, a nuestras preguntas porque Dios no se sujeta a las mismas, por ahora sería muy saludable guardar en el corazón la certeza de que muchas cosas que ocurren con nosotros, es para que en nosotros se manifiesten las obras de Dios, ese tipo de fe debería ser suficiente para traernos calma, paz y quietud de espíritu, en medio de las dudas e incertezas de la vida, así podremos clamar: “Dios manifiesta en nosotros tu obra y revela también tu amor” y luego de hacer esta oración, deberemos esperar por la respuesta de Dios, quien sabe todo sobre nosotros, porque él nos ve, nos cuida y tiene un plan especial en la vida de nosotros.

 

 

 

OREMOS:

Padre querido, gracias por tu promesa de que siempre vas a asistirnos, de que nos vas a salvar, ayúdanos a entender que eres un Dios de amor, y que tus promesas se cumplirán en nuestras vidas, danos tiempo de felicidad. Son las peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo.

Amén.

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