Hechos 2:38 ¨ Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.¨
Que la Paz de Dios sea con todos, que su misericordia se extienda sobre todos, que nuestras familias sean prosperadas y que podamos seguir brindando el correcto ejemplo de obediencia a la voluntad de Dios, ello es necesario para expresar que somos genuinos hijos de Dios. Difundamos este material, por todos los medios acostumbrados, debido a que precisamos bendecir a nuestro prójimo, esencialmente con la palabra, evangelizando con mansedumbre, y brindando el correcto ejemplo de obediencia a Dios.
Al pecado todos estamos expuestos, desde aquel momento en que Adán y Eva, desobedecieron a Dios, el pecado entro al mundo y nuestra existencia ha estado marcada por la naturaleza pecaminosa, la cual nos es propia ya, sin embargo, al tener libertad de elección o libre albedrio, debemos más que todo calmarla, controlarla, y de ser posible manejarla, de manera tal de que podamos dejarla quieta y solo dedicarnos a hacer las cosas buenas, aquellas que estén de acuerdo a la voluntad de Dios, siendo que el verdadero arrepentimiento, se convierta en la elección adecuada, para que podamos practicar la voluntad de Dios, estando conscientes de la presencia en nosotros de una naturaleza pecaminosa, la cual por la fe precisamos tener dominada y suprimida. Según el versículo que estudiamos hoy, reconocer el pecado no es suficiente, esto debe ir acompañado de arrepentimiento, el significado bíblico de arrepentimiento, tiene tres aspectos, primero: reconocimiento de nuestro propio pecado, dolor por haber pecado, y el deseo de no pecar más, si alguno de estos aspectos falta, no hay verdad en el arrepentimiento, por ejemplo, Judas admitió su pecado, pero le falto tristeza por haber traicionado al hijo de Dios, el fue condenado por su remordimiento, no por su arrepentimiento, su reacción fue generada por el miedo a las consecuencias, no por causa de Cristo, podemos ver la importancia del arrepentimiento por el hecho de que Juan Bautista y Jesús, comenzaron su ministerio, predicado ¨Arrepientete, porque el tiempo esta cerca¨, posteriormente cuando Jesus envio a los apóstoles en su primer viaje misionero, ellos le predicaron a la gente que se arrepintiese, y después de pentecostés, Pedro insistió en que la gente hiciera eso, se arrepintiera. Sin arrepentimiento, la redención, es imposible. Vamos hoy a arrepentirnos genuinamente, siguiendo todos los aspectos de esta institución, practiquemos y prediquemos la voluntad de Dios y vamos a ser bendecidos.
OREMOS:
Padre de amor, ayúdanos a tener un arrepentimiento genuino, aunque todos tenemos la naturaleza pecaminosa, como característica básica, permitenos manejarla correctamente, controlarla, y si es posible suprimirla, para cumplir obedientemente tu voluntad. Peticiones que te hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.
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