26 de Noviembre: Después del Bautismo

 Hechos 2:38 “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. “

 

 

 

 

Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, continuemos haciendo el bien y cumpliendo con agrado nuestras obligaciones, así tendremos seguridad de que todo saldrá bien y los resultados positivos y de bendición llegarán a nuestras vidas.

 

 

Esas palabras fueron dichas por Pedro porque el, al igual que los demás apóstoles estaba poseído por el Espíritu Santo, y cuando estamos inmersos en el Espíritu Santo, él nos usa de manera poderosa. La mayor necesidad del cristiano es la de recibir el bautismo del Espíritu Santo, Pedro en su poderoso sermón, en el día de pentecostés dio el proceso para que nosotros recibiéramos esa bendición y lo que encontramos en ese mensaje es un proceso espiritual de transformación, Pedro habla de arrepentimiento, bautismo, remisión de pecados, y recepción del Espíritu Santo. Tenemos que ser honestos y reconocer que en la experiencia cristiana al momento de la remisión de los pecados algo ocurre que nos impide recibir ese bautismo en su plenitud, la plenitud del Espiritu Santo, el problema es que nos amamos mas a nosotros mismos de que a Dios, hubo una conversación entre Jesús y el líder judío llamado Nicodemus. Jesús fue mas suscinto y directo, el dijo a Nicodemus, que requeria nacer del Espiritu, del agus, que si Nicodemus, quería ver el reino de los cielo debia hacer eso. Algunos consiguen el bautismo del agua, pero no consiguen el bautismo del espíritu, la comprensión más profunda del Sermón de Pedro muestra que el proceso tiene puntos críticos como la identificación y remisión de pecados, la purificación del corazón, la renuncia del yo y la recepción del Espiritu Santo en su plenitud. Esa victoria del espíritu sobre la carne, sobre nuestra naturaleza inferior es la llave para una renovación espiritual completa, creamos que sin el bautismo no alcanzaremos al reino de Dios, así nos comportemos bien.

 

 

OREMOS:

 

Amado Padre Celestial, sea alabado tu nombre, porque nos concedes tu perdón, y la presencia del Espiritu Santo en nosotros, Bautizanos en esta hora con espíritu. Ayúdanos. Así pedimos en nombre de Jesús.

 

Amen.

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