Hechos 16:25-26 ¨Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.¨ – ¨Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron.¨
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz día, todos somos especiales e importantes para Dios, él nos ama. Entre las cosas más especiales del día esta disfrutar de estos momentos de meditación bíblica, temprano por la mañana, justo al despertar, ello nos enfoca en obedecer a las cosas de lo alto, y nos conduce a tener una mejor vida espiritual. Tengamos presente que con Dios todo es maravilloso, y sin Dios, es imposible ser feliz. Difundamos este material a hacia nuestro prójimo, sin duda les bendecirá a ellos y a nosotros, pues estamos compartiendo la valiosa palabra de esperanza.
Alabar es bueno, cuando alabamos y felicitamos a una persona, esta se siente bien, esto la hace más receptiva a nuestras peticiones, o más voluntariosa a ejecutar las acciones que le solicitamos, por tanto es recomendable hacer de la alabanza, elogio o felicitación, una conducta que marque nuestra estancia en algún lugar e incluso forme parte de nuestro carácter habitual, así regalaremos a las personas momentos agradables y los motivaremos a desarrollar una actitud apropiada en relación a practicar la buena obra, en palabras más sencillas, les estaremos brindando un ejemplo de conducta adecuado. Igualmente, debemos considerar que la tonalidad y lenguaje corporal con la cual damos este tipo de presentes, es fundamental para que nuestro prójimo pueda recibirlos con alegría, por tanto es recomendable mostrar un lenguaje corporal abierto, junto a un tono de voz moderado, una mirada a los ojos y de ser posible alguna especie de contacto físico, sin olvidar mostrar una sonrisa mientras se pronuncian esas frases de bondad. En el caso del texto bíblico, aquí la alabanza era a Dios, una alabanza que Pablo y Silas practicaron en la cancel, ciertamente ese no era el mejor lugar para cantar, ese lugar no era una concha acústica, allí no habían luces, ni micrófonos, no era un concierto, ni un festival de música, seguramente las voces se armonizaban, y ellos cantaban en la celda, que era en aquel momento, el palco del recital. La cárcel, es un lugar poco agradable, pero con esos cantares, Pablo y Silas, animaban a las personas que se encontraban en aquel lugar, ellos les daban a entender que Dios los amaba a todos y que tenía un plan especial para todos ellos, el motivo que llevo a Pablo y a Silas a cantar, fue el deseo de agradar al Señor, pues cuando tenemos a Dios en nuestros corazones, cuando alabamos a Jesús, hacemos notar su presencia en nuestras vidas, así estemos en situaciones adversas, situaciones tristes. Observemos que el texto establece que los demás compañeros de prisión, escuchaban a Pablo y Silas, apreciaban su alabanza, por eso creamos que cuando glorificamos a Dios en nuestro sufrimiento, nuestro testimonio se vuelve eficaz, es oído y para aquellos que alaban a Dios en medio del caos, un día las puertas de la prisión se abrirán. Y después de que Pablo y Silas, alabaron, cantando y orando, se produjo un terremoto que movio los cimientos de la prisión y les proporcionó la libertad, creamos que un día el Señor va a sacudir los cimientos de la prisión donde estamos de este viejo mundo corrompido por el pecado y condenado a destrucción, un día seremos liberados de todas las cosas que nos aprisionan, y estaremos juntos con el Señor, hasta llegar a ese día aceptemos a Jesús como nuestro Salvador universal, así agradaremos a Dios.
OREMOS:
Padre amado, gracias por esta enseñanza y las formas maravillosas en que te manifiestas en nuestras vidas, ayúdanos a comprender que precisamos alabarte en tiempos difíciles, para que nos puedas colaborar. Permítenos agradecerte en todos los momentos, por darnos la oportunidad de brindar un buen ejemplo, ajustado a cumplir tu voluntad. Cuídanos siempre. Estas son las peticiones que en nombre de Jesucristo te hacemos hoy.
Amén