2 Timoteo 1:5 “trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también. “
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, gracias por continuar caminando en el rumbo a la salvación y buscando perfilar las conductas para parecer más a Jesús, vamos a analizar un texto bíblico y a buscar aplicar el consejo sabio, a nuestras actividades. Compartamos este material.
Este día hablaremos de la historia de Eunice, cuyo nombre significa ¨Buena Victoria¨, o ¨Aquella que alcanza la victoria¨, y en este sentido debemos preguntarnos, ¿Cómo definimos una vida de victoria?, y muchos determinamos lo que es éxito, como un poder, para otros es un prestigio, pero lo que nos lleva al éxito y a la victoria es otra cosa, veamos que la primera vez que Pablo fue a la ciudad de Listra, el no tuvo la mejor experiencia, pero a pesar de eso Pablo más tarde regresando a Listra, conoció al Joven Timoteo, un muchacho con una fe verdadera y no fingida. Timoteo era hijo de Eunice una Judía creyente, que tenía un esposo que era griego y era incrédulo, y Listra la ciudad donde Timoteo creció era llena de cultos a ídolos, la palabra de Dios no era conocida en aquel lugar, y se piensa que la sinagoga más próxima quedaba a unos treinta kilómetros de distancia, por tanto la cuestión aquí seria ¿Cómo es que en medio de ese contexto Timoteo con solo veinte años se desarrolló con una fe firme?. Él fue definido por Pablo como un joven de fe no fingida, y la respuesta a esa pregunta está en la instrucción de su madre Eunice, ella planto en Timoteo aquella fe no fingida, una fe que se extiende por generaciones, una fe que resiste al tiempo y no es abatida por las circunstancias, lo que ocurrió con el futuro de Timoteo fue que compartió viajes y momentos con el Apóstol Pablo, y mas tarde fue pastor de la iglesia en Efesos, en Timoteo vemos la confirmación del texto escrito en el libro de Proverbios 22:6, ¨ Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. ¨. Entonces así como Eunice, seamos Padres que instruimos a nuestros hijos para andar por el buen camino, y que tengamos una fe no fingida para que nuestros hijos sigan el ejemplo, esa es una vida de victoria.
OREMOS:
Padre querido, gracias te damos por este sublime momento y te pedimos que bendigas a nuestras familias y nos permitas colocarlos en el camino del bien, mostrando un buen ejemplo para que sea seguido por todos. Es nuestra oración hoy, que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.