Deuteronomio 1:31 “ Y en el desierto has visto que Jehová tu Dios te ha traído, como trae el hombre a su hijo, por todo el camino que habéis andado, hasta llegar a este lugar.¨
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, como es bueno estar juntos otra vez en este día donde las misericordias de Dios se renuevan y con ellas la oportunidad de alimentarnos espiritualmente de sus sabios consejos contenidos en la Biblia, que nos conducen a una mejor posición. Formemos parte de la cadena de bendición, compartiendo este material con nuestro prójimo.
Aquí está una declaración linda, hecha por labios humanos. Moisés, se dirige al pueblo de Israel y dice: ¨¿Ustedes observaron como Dios nos guió a todos por el desierto?, como él hizo eso, es como el padre hace con el hijo, que lo conduce por todo el camino, así Dios nos condujo a todos hasta llegar a este lugar, hasta la tierra prometida, la tierra que manaba leche y miel¨ ¿Hemos parado para imaginar a un Dios que nos cuida de esa manera, como un padre cuida de su hijo?, quien es padre sabe cuánto es que nos preocupamos por nuestros pequeños, cuando como abuelos recibimos a un nieto en la casa la preocupación es doblada, se cuida, se protege, se hace lo mejor posible para que nada malo venga a ocurrirle a la criatura, y creamos que ese es el mismo sentimiento que Dios tiene para con nosotros, así Dios nos trata y la vida que hoy vivimos es un desierto, así como el pueblo de Israel estuvo 40 años allá, y de la misma manera que él guió a el pueblo en aquellos desiertos áridos, Dios quiere guiar nuestras vidas en esta vida llena de dolores y sufrimientos, la persona que más sabe de lo que nosotros pasamos, ese es nuestro Padre Celestial, recordemos que en la peregrinación del pueblo de Israel por el desierto sus ropas no envejecían, la columna de fuego por las noches los calentaba, expulsaba a los animales amenazantes, durante el día la nube evitaba que el sol quemase sus cuerpos, los refrescaba, el maná que caía a diario para que ellos se alimentasen, eran muchos cuidados y de la misma manera como Dios cuidó de su pueblo en el pasado, nos está cuidando ahora.
OREMOS:
Padre querido, gracias por todos los cuidados que nos otorgas a diario, por liberarnos de esas tentaciones, ofrecernos alimento espiritual y conducir nuestras vidas hacia un mayor nivel espiritual. Es nuestra oración hoy, que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.