2 Corintios 3:17-18 ¨ Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.¨ – ¨ Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.¨
Padre Adorado, edifica nuestra fe, pues por la fe en tu hijo Jesús, llegaremos a ti. Extiende tu bendición sobre este material para que sirva de semilla que contribuya a transformarse en planta dadora de frutos, cautivando los corazones de las personas que hoy nos nutrimos de tu enseñanza.
Amados, que la paz del Señor esté con todos y seamos siempre bendecidos. Vamos a iniciar hoy una serie de estudios de la palabra que llevan por título CRECIMIENTO EN CRISTO, es obvio que cuando llegamos a un edificio y tenemos dos elecciones que son escaleras o ascensor, para llegar al piso numero treinta, vamos todos a preferir el ascensor sin duda por ser la opción más cómoda y práctica, pero en este momento vamos a hablar de peldaños o escalones los cuales van a servirnos en la madurez de nuestra fe y el crecimiento en Cristo, vamos a estudiar tres escalones importantes dentro de este sistema, hoy es solo una introducción pero ya mañana iniciamos de llenos con este trayecto, pero notemos que la última parte del versículo habla de ir paulatinamente, en un proceso gradual, paso a paso, de gloria en gloria, es cierto que la muerte de Cristo fue la victoria del bien sobre el mal, y por ella nosotros también podemos ser victoriosos en nuestras batallas espirituales, por esta razón no debemos ser temerosos de entregar nuestras vidas a Cristo, el nos salvó, quiere lo mejor para nosotros, desea guiar nuestro camino para reencontrarnos con el Padre Celestial. Aprovechemos esta oportunidad y entreguémonos a nuestro Salvador.
OREMOS:
Padre de amor, colocamos nuestras vidas en tus manos, ayúdanos a alcanzar el objetivo que anhelamos, que se refiere a convertirnos en siervos agradables a ti y cumplidores de tu voluntad. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen