25 de Noviembre: La gran esperanza

Salmos 72:12 “Porque él librará al necesitado cuando clame, también al afligido y al que no tiene quien le auxilie.  ¨

 

 

 

 

Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, las misericordias de Dios se renuevan hoy, con ellas una nueva oportunidad de estudiar, analizar y aplicar la palabra de Dios en nuestras vidas, y la razón se debe a que nuestro Padre Celestial quiere lo mejor para nosotros, entonces de allí nace la necesidad de que sigamos sus consejos. Uno de los consejos de nuestro Padre Celestial, es que amemos al prójimo, y hacemos esto posible cuando compartimos dentro y fuera de las redes sociales, este mensaje esperanzador.

 

 

Es complicado conocer cómo están nuestros días en la actualidad, con toda esta situación mundial que está ocurriendo, quizá hayamos perdido el empleo, nuestros hijos abandonar aquella escuela, quizá no esté muy fácil llevar el alimento para la casa, pero en medio a todos los problemas que estamos viviendo, hay un consejo de Dios el cual debemos tomar en cuenta, que Dios socorre al necesitado, aquel que clama y también al desvalido, en otras palabras al miserable. Es verdad que no está siendo fácil, pero necesitamos clamar a Dios, aunque este salmo haya sido escrito por David hace mucho tiempo, aconsejando a su hijo Salomón, este escrito refleja aquello que Dios hace por sus hijos, y aquello que Dios hará por nosotros, sepamos que Dios tiene planes maravillosos para nuestras vidas, nosotros no podemos dudar eso, porque está escrito, el salmo dice que despierte porque él es salvo y necesitado, y Dios librara a aquel que clama, vamos a hacer hoy una oración de entrega, un clamor verdadero, para que le digamos al Señor ¨ Padre no aguantamos más, no sabemos a dónde ir, ya no sabemos que hacer ¨, pero clamemos de una forma diferente. Quizá hayamos usado otras maneras para resolver los problemas, pero la invitación es a clamar sinceramente, a gritar con nuestro corazón abatido, y esto puede hacerse en cualquier lugar silencioso donde conversemos con Dios, clamemos para que el desarrolle en nuestras vidas el milagro que requerimos, para que Dios revierta las cosas, porque quizá actualmente tengamos ciertas dificultades, quizá tengamos una empresa y las personas que dependen de ese trabajo se las estén viendo difíciles porque no hayamos podido pagar los salarios, o quizá exista alguna dificultad en nuestras vidas, entonces clamemos a Dios, y el nos responderá, porque él es la única certeza de victoria, porque Dios socorre y trae calma a aquel que esta angustiado, no hay nada más poderoso que la palabra de Dios, por eso derramemos nuestras almas delante de Dios y el texto promete para nosotros de que él va a oír nuestro clamor.

 

 

OREMOS:

 

Padre querido, gracias por tus promesas, confiamos en ellas, por ese motivo queremos hacer tu voluntad siempre para que nos contribuyas en lo necesario para convertirnos en siervos merecedores de tus dadivas. Ayúdanos siempre. Para mejorar cada vez en nuestra caminada Cristiana, hacer tu voluntad y convertirnos en merecedores de tus dadivas de salvación para agradarte y glorificarte, es nuestra oración hoy, que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.

 

Amen.

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