23 de Diciembre: Felices pobres de espíritu

Mateo 5:3 “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.”

Amados, que el Señor nos bendiga y su paz este con todos. En estos últimos días hemos estado comentando de manera más extensa las bienaventuranzas que Jesús explico en el Sermón de la montaña, es conveniente que compartamos estas palabras de esperanza con todas las personas que podamos y por todos los medios de los cuales dispongamos, entre ellos redes sociales y otros.

 

 

Las bienaventuranzas según el diccionario se refieren a hechos que causan suprema felicidad, ellas solo son alcanzadas por quienes rinden culto a Dios, ellas también pueden ser entendidas como un estado de profundo bienestar y felicidad, eso es ser bienaventurado, es ser feliz y la búsqueda de la felicidad es algo que no es exclusivo de nuestra época o generación, eso es algo que ocurre en las relaciones de todas las épocas, en los tiempos del aparecimiento del mesias la expectativa era que el trajera nuevamente la bendición para la vida de su pueblo libertándolo del yugo romano, la palabra bienaventurado viene del termino griego MACARIOS que significa bendecido, a su vez la bendición representa cosas buenas por lo tanto en la mentalidad de las personas que estaban allí para oir a Jesus, ser bienaventurado era recibir cosas buenas, en el texto de hoy tenemos la primera bendición enseñada por Jesus, la pobreza en espiritu, en nuestro contexto cultural ser denominado Pobre de espiritu no es virtud sino un defecto, pobre de espiritu en nuestro contexto representa a alguien con deficiencias, ¿Sera eso que Jesus quiere decirnos?, la pobreza de espiritu que Jesus menciona aquí es un profundo sentido de la necesidad de tener a Dios en la vida, es el reconocimiento de una espiritualidad empobrecida por causa de pecado, ser pobre en espiritu en este contexto es ser humilde en reconocer la dependencia de Dios para todo, eso si es una cosa buena. Reconozcamos hoy la necesidad de depender de Dios en todo.

 

 

 

 

OREMOS:

Padre de amor, danos hoy gracias por las bendiciones que nos otorgas cada vez y las que nos has otorgado, ayúdanos a mejorar en nuestra caminata cristiana, que podamos demostrar con hechos el amor que por ti sentimos y dar valor al sacrificio de Jesus en la cruz, permítenos ser mansos para demostrar nuestra obediencia a tus estatutos. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.

 

Amen

Dejar una contestacion