Hechos 9:15 ¨ El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel;¨
Amados, que Dios alcance nuestros corazones en este momento y que la buena obra que inició en nuestras vidas pueda ser completada. Que alegría podernos encontrar nuevamente, porque cada vez que leemos la palabra de Dios traemos mejoras a nuestras vidas, preparándonos para recibir enormes bendiciones.
Las personas veian a Pablo como un enemigo de los cristianos, pero Dios veía a Pablo como un potencial instrumento, en la inseminación del evangelio. Si observamos bien el versículo de hoy, notamos que por anticipación, Dios ya estaba anunciando la bendición que seria el apóstol Pablo para la expansión del evangelio, Pablo no había hecho obra alguna en nombre del reino de Dios, solo habían pasado unas horas desde su encuentro con Cristo en la entrada de Damasco, y los efectos de ese momento aun los experimentaba, pero el Señor veía en ese hombre un potencial extraordinario, vio a alguien que podría ser un gran instrumento en sus manos, el propósito para el cual fue llamado también fue expuesto en este versículo de hoy, el debía mostrar a Cristo por medio de sus palabras, y exaltar el nombre de Cristo mediante su testimonio. Dios también mira en nosotros aquello en lo que podemos convertirnos cuando nos colocamos en sus manos, las personas no definen nuestro grado de competencia o quienes somos, lo que importa es lo que Dios habla a nuestro respecto, y en lo que nos convertiremos al entregarnos a el, las personas tenían miedo de Pablo, de lo que le había hecho a los seguidores pero a partir de ese momento en que el se encuentra con Cristo algo ocurre, Pablo fue transformado y desde ese momento Satanas y sus angeles empezaron a tener miedo, porque el poder de Dios estaba con el, por eso no aceptemos que la visión limitada de las personas sobre nosotros afecte nuestra potencialidad, Dios nos mira como seres únicos, pensando en lo que nos convertiremos, en sus manos, eso fue hecho con Pablo, y puede hacerlo con nosotros también por tanto vamos a entregarnos en este instante a él, somos mirados como individuos únicos, para quienes hay grandes cosas, no resistamos a la voz del espíritu santo que habla a nuestros corazones en este momento.
OREMOS:
Padre de Amor, el deseo sincero de nuestros corazones en este momento es que nos ayudes, y nos uses como usaste al Apostol Pablo. Son las peticiones que, en nombre de Jesucristo, tu hijo hacemos en nombre de quien todo lo concedes.
Amen.