Apocalipsis 1:9 ¨ Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.¨
Amados, felicitaciones por haber separado un tiempo para oír la voz de Dios por medio de la lectura de la biblia, sabemos ya que oímos a Dios cuando leemos su palabra, y el nos oye cuando oramos, esa es una excelente manera de comunicarnos, entonces es útil que la practiquemos siempre, ya que esta práctica nos beneficia y contribuye a que nuestro prójimo pueda alcanzar las diversas bendiciones cuando sigue el ejemplo de obediencia a la voluntad de Dios, que Jesucristo dio. Compartamos este material, para bendecir la vida de nuestro prójimo.
Patmos era una isla en el mar Egeo, ella tiene aproximadamente 16 kilómetros de extensión, mas o menos 10 kilometros de ancho en su parte mas ancha, junto a otras islas vecinas, los romanos la utilizaban como una colonia de derecho penal para criminales políticos, los primeros autores cristianos que vinieron cerca de la época en que el libro de apocalipsis fue escrito, al final del primer siglo, declararon unánimemente que las autoridades romanas, habían mandado a Juan para Patmos a causa de sus actos religiosos y fidelidad al evangelio, el apóstol soporto en Patmos todas las privaciones, sufrimientos, caracteristicos de una prisión romana el fue tratado como un criminal, fue arrestado, posiblemente encadenado, y recibió alimentación insuficiente, además de ser obligado a hacer trabajo forzado, incluso hasta siendo azotado por guardias romanos, Patmos era un lugar arido, una isla rocosa, un lugar de criminales, pero para el siervo de Dios Juan su solitaria habitación se convirtió en la puerta del cielo, alli lejos de las escenas cansativas de la vida, y de los trabajos forzados de los primeros años, el tuvo la compañía de Dios, de Cristo y de los Ángeles Celestes, de ellos recibió instrucción para la iglesia de su tiempo y para la iglesia del futuro, los seguidores de Cristo nunca deben olvidarse de que cada vez que se encontraren en circunstancias semejantes a las de Juan, ellos no serán abandonados, el mismo Jesus que vino hasta Juan con palabras de esperanza, es el mismo Jesús que hoy nos dice que sigamos adelante siguiendo el rumbo de la salvación, todo se va a resolver y seremos bendecidos.
OREMOS
Padre Adorado, venimos a ti hoy para agradecerte tu compañía en todo momento, tu favor para cambiar nuestra historia, guíanos siempre para hacer tu voluntad y convertirnos en siervos agradables a ti. Así pedimos en nombre de Jesucristo.
Amen.