20 de Noviembre: Sumisión a Dios

Santiago 4:7 “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. “

 

 

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Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, alegría, calma y mucha fe, aunque estemos pasando por cualquier clase de situaciones en la vida, no desesperemos, ni tengamos sentimientos negativos, solo permanezcamos tranquilos, porque Dios está con nosotros, así que continuemos haciendo lo correcto que es cumplir con su voluntad y grandes bendiciones acontecerán.

 

 

Santiago nos revela en este texto que precisamos someternos a Dios, cuando estamos con él, ganamos resistencia ante los ataques del enemigo, así podremos obtener la victoria. Cuanto más nos aproximamos de Dios, más nos alejamos de Diablo, varios ejemplo son relatados en la Biblia, cuando Jesús era tentado por el Diablo, pero como el estaba cerca del poder de Dios, Jesús rechazaba la tentación. No podemos negar que existe una batalla espiritual entre el bien y el mal, esa batalla se desarrolla en el mundo invisible y lo que vemos en el mundo físico es resultado de ese conflicto, esa batalla es una lucha desleal porque no vemos a nuestro enemigo, no podemos luchar contra el enemigo con nuestras propias fuerzas, para resistir a las tentaciones del Diablo, a sus ataques, requerimos someternos a la voluntad de Dios, Santiago está hablándonos de un poder extraordinario, el poder de Dios que derrota al enemigo sobrenatural. La sumisión a Dios trae bendiciones para nuestras vidas, que harán al enemigo huir de nosotros, ejemplo, amor genuino y servicio al prójimo, dependencia de Dios y de su palabra, una vida de oración y comunión, y una búsqueda incesante por las cosas de lo alto. Solo una vida comprometida con Dios, puede hacer que el enemigo huya de nosotros,  a veces nuestro compromiso de vida es con nosotros mismos, con la familia, con la iglesia, pero no necesariamente con Dios, eso es triste. Porque someterse a Dios envuelve la negación diaria del yo, y eso es difícil para muchos. Ahora, la verdad es que cuando estamos sometidos a Dios, nuestra alma brilla y el enemigo se aleja, entonces las bendiciones se aproximan a nosotros, comenzamos a actuar correctamente, obedecemos la voluntad de Dios y eso es agradable.

 

 

OREMOS:

 

Padre querido, te pedimos sinceramente que hagas morada en nuestros corazones, realmente deseamos estar llenos de ti y poder desarrollar los actos que sean agradables a ti, cumplir tu voluntad y ser mejores siervos cada vez. Es nuestra oración hoy, que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.

 

Amen.

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