Salmos 52:8 “Pero yo estoy como olivo verde en la casa de Dios; En la misericordia de Dios confío eternamente y para siempre.¨
Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Una calurosa felicitación por haber abierto otra vez la biblia para alimentar el conocimiento sobre las cosas de Dios, este material es recomendado para estudiar cada mañana pero en cualquier momento del día en que lo leamos constituirá una fuente de bendición.
Seguramente ya hemos sido atacados e impactados por el chisme, seguramente también hemos hecho a otros sufrir a causa de chismes, el versículo de hoy tiene un contexto que se desarrolla en un ambiente de chismes, según lo indicado el Salmo Cincuenta y dos, fue escrito cuando David, huyendo del rey Saul, recibe el apoyo de sacerdote Abimelec, que no sabia lo que había ocurrido entre Saul y David, el jefe de los pastores de Saul después de constatar la presencia de David en casa de Abimelec, fue con la información para Saul, recordándonos que en esa ocasión Saul quería matar a David, asi que la información que le fue dada a Saul coloco la vida de David en riesgo mayor, si leemos este salmo completo, notaremos que David apunta para sentir placer en la mundanidad de esa situación, cuidemos de nuestra lengua pues con ella podemos estar siendo usados como instrumentos de maldición, y no de bendición, debemos tomar cuidado para no deliciarnos en el chisme, entonces si hemos impactado a los demás con nuestros chismes, confesemos eso a Dios, arrepintámonos de haber hecho mal, ahora si hemos sido objeto de chismes, hagamos como David y confiemos en la misericordia de Dios, para todo siempre y seamos como una Oliveira llena de vida siempre.
OREMOS:
Padre de amor, perdónanos hoy si hemos cometido chismes y perjudicado a otras personas, ten misericordia de nosotros y si fuéremos objeto de chismes fortalécenos para que no seamos impactados tan gravemente, contribuye con nosotros siempre. Peticiones que hacemos en nombre de Jesucristo, tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen