18 de Abril: De la muerte para la vida

Juan 8:10-11 “Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? “ – “Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más. “

 

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Amados, que la bendición siempre esté presente en nuestras vidas y que seamos cumplidos con todos los mandatos de Dios. Feliz Día, es una bendición siempre reservar un tiempo para examinar la palabra de Dios, como esta actividad nos hace bien, compartamos este material con nuestro prójimo para demostrarle nuestro amor indicándole el camino hacia la salvación.

 

 

Este texto de hoy refleja uno de los eventos mas conocidos de la historia del ministerio de Jesús, el versículo 8 del libro de Juan se trata de un cortísimo dialogo que Jesús tuvo con una mujer, que fuera sorprendida en adulterio, como sabemos los enemigos de Jesús armaron una situación para atraparlo, para tener algún punto para acusarlo, crearon una escena y traen ahora a esa mujer sorprendida en adulterio y dicen entonces a Jesús: ¨Según la ley de Moisés esta mujer debe ser apedreada, ahora tu eres quien dice ¿Cuál es tu opinión?¨. ¿La mujer sorprendida en adulterio debía ser muerta, debería ser liberada o vivir?, la respuesta de Cristo era importante porque si Cristo decía que debía ser apedreada, el seria acusado de ir contra la ley de Moisés, que determino que alguien sorprendida en adulterio fuese muerta, pero si el dijere que debería ser apedreada, el se estaría oponiendo a las leyes de los romanos, pues solo este podían condenar a alguien a la muerte, y no ningún Rabí como Jesús, pero Cristo conociendo el pensamiento de ellos, se detuvo y comenzó a escribir en la arena, y como ellos continuaron preguntando, Jesús les dijo: ¨ Quien este libre de pecados que tire la primera piedra ¨, la palabra de Dios informa que los acusadores de la mujer ellos fueron saliendo, uno por uno, acusados por la propia conciencia, ese hecho nos lleva a pensar que Jesús estaba escribiendo los pecados de los acusadores en la arena, por eso ellos salieron avergonzados, y la biblia dice que a partir de los más viejos empezaron a irse y quedo Jesús y la mujer, solos los dos y Jesús le pregunto a la mujer, ¨ Mujer, ¿Dónde están tus acusadores?¨ ´ Nadie te condeno, entonces, yo no te condeno, vete y no peques mas ¨, ese relato nos recuerda que Jesús vino al mundo no para condenar nuestros pecados, sino para salvarnos, y este relato nos enseña de que el no vino para apuntar los errores en sana condenación, el no vino a apedrear al pecador, que llora y que sufre por causa de los pecados, en realidad Jesús vino para perdonar y salvar, para salvarnos, para eso fue condenado Cristo a la muerte, para que pudiésemos tener vida, la mujer adúltera no necesitaba morir pues el tomaría su lugar, y fue exactamente para eso que el vino al mundo, para dar la vida, no solo a aquella mujer, fue por todos, y la mujer acepto la dadiva, y vivió y si nosotros hoy aceptamos la dadiva que Jesús ofrece, como hizo ella, nosotros también viviremos, y oiremos de sus labios la misma expresión ¨ Yo también no te condeno, pero no peques más ¨, quizá entre los lectores de este material exista alguien que haya arrastrado por mucho tiempo el peso de la culpa, por alguna cosa que no enorgullece, pero el mensaje de la biblia, el mensaje de Cristo es: ¨Tus pecados están perdonados, vete y no peques más¨, aceptemos ese perdón hoy.

 

OREMOS:

 

Padre querido, muchas gracias por tan grande perdón que se manifiesta hoy en nuestras vidas, nosotros queremos aceptarlo y tener nuestras culpas perdonadas, por eso acéptanos como estamos para que un día seamos como tu deseas. Es nuestra oración hoy, que hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo, en nombre de quien todo lo concedes.

 

Amen.

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