1 Pedro 1:18-19 “ sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,”-“ sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,”
Juntos estamos llevando el evangelio para un numero mayor de personas mediante simples clics en las redes sociales logramos encaminar almas hacia el más lindo sendero que es el de conocer el mensaje de Jesús para llegar a Dios. Por tanto, agradecemos al padre porque cada dia esparcimos el mensaje a mas lugares y personas alrededor del planeta, asi ese ministerio cumple su objetivo y nos trae bendición a todos los que colaboramos para que este hecho sea posible. Sigamos contribuyendo a la obra de Dios.
Amados, si queremos que todo nos salga bien, actuemos conforme al mandato de Dios, procedamos con la calma que proviene de la fe, si él nos a ayudado para conseguir resultados de bendición otras veces, en esta oportunidad no será diferente, pensemos en eso. Muchas personas no se sienten valoradas o no le dan valor al prójimo, sin embargo así como para conocer el precio de un objeto requerimos de un avalúo o estudio sobre el valor, para tener una idea del valor de una persona el texto de hoy nos dice que no es posible hacer ese cálculo basado en el oro o la plata, tampoco dice que es un valor que puede ser ofrecido por personas, una vida tiene un valor muy grande para Dios, porque valemos la sangre de Jesucristo, así que somos de un valor incalculable que ya fue pagado y constituye nuestro valor real, un precio incalculable. En este orden de ideas este texto nos ayuda y nos iguala seres humanas, el valor pagado por la vida de cada ser humano es el mismo, ni mayor ni menor entre uno y otro, allí hacemos un paréntesis para decir que en este punto vemos que es nocivo cuando alguien se cree mejor que otro, primero porque esta fundamentado en una idea irreal, que al constituir una falacia daña considerablemente a la persona que juega con esa realidad, todos somos iguales por el amor de Dios la cosa diferente es la forma como reaccionamos a ese amor, aqui tenemos un par de opciones, le correspondemos o seguimos viviendo de forma independiente de Dios ignorando sus mandatos.
OREMOS:
Padre de amor, gracias por todas las bendiciones que nos concedes, tambien por aquellas que nos concederas, todas prometemos cuidarlas de manera correcta para que continues considerandonos como entes receptores de tu bendicion, gracias a que cumplimos fielmente tus mandatos, porque decidimos corresponder al amor que cotidianamente nos otorgas, para ser salvos, victoriosos y agradables a ti. Peticiones que te hacemos en nombre de Jesucristo tu hijo en nombre de quien todo lo concedes.
Amen